La familia socialista se re¨²ne en Par¨ªs para superar rencillas
La Internacional celebra su congreso tras el pulso ideol¨®gico entre Blair y Jospin
Ni Tony Blair ni Lionel Jospin, sino una s¨ªntesis mejorada. Tras meses de trifulcas mediante documentos y contradocumentos ideol¨®gicos, los socialistas celebran, a partir de ma?ana en Par¨ªs, el congreso mundial de la organizaci¨®n que les reagrupa, la Internacional Socialista. Un millar de delegados, pertenecientes a 143 partidos, aprobar¨¢ la Declaraci¨®n de Par¨ªs, una puesta al d¨ªa del ideario socialista que se inspira en buena medida en la reflexi¨®n desarrollada por la Comisi¨®n Progreso Global, encabezada por Felipe Gonz¨¢lez.
Primero estuvo en loor de multitudes el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, y su llamada Tercera V¨ªa, entre liberalismo y socialismo, que buscaba englobar al Partido Dem¨®crata estadounidense. Se apunt¨® a ella el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, quien suscribi¨® con Blair, en junio, un documento conjunto. Aunque no lleg¨® a firmarlo, el jefe del Ejecutivo holand¨¦s, Wim Kok, calific¨® esa opci¨®n de "atractiva".Para sus profetas, el Estado no debe ya desempe?ar ning¨²n papel regulador de la econom¨ªa. Su misi¨®n es esforzarse en dar al ciudadano todas las oportunidades para defenderse con ¨¦xito en el mercado. Esto es el socialismo de mercado.
Despu¨¦s vino la reacci¨®n francesa protagonizada por Lionel Jospin, el jefe del Gobierno, envalentonado por sus ¨¦xitos econ¨®micos. Jospin ya hab¨ªa dado muestras de desd¨¦n hacia su hom¨®logo brit¨¢nico cuando ¨¦ste intervino ante la Asamblea Nacional (Parlamento franc¨¦s) en marzo de 1998. Se dedic¨® entonces a leer su correo.
"La ofensiva blairista ha sido saludable porque nos ha obligado a teorizar nuestra acci¨®n antes de lo previsto", afirma Fran?ois Hollande, el secretario general del Partido Socialista franc¨¦s (PS). Responsable durante largos a?os de las relaciones internacionales del PS, Jospin se esforz¨® por demostrar que su formaci¨®n era la m¨¢s progresista y su actual labor de teorizaci¨®n sigue en esa l¨ªnea.
Bajo el t¨ªtulo Hacia un mundo m¨¢s justo, los socialistas franceses redactaron un texto en el que reiteran buena parte de los valores tradicionales de la izquierda. Recuerdan, por ejemplo, que su lucha contribuy¨® a "civilizar el capitalismo", pero que, aun as¨ª, "la econom¨ªa de mercado es injusta y con frecuencia irracional". "La modernidad no es disociable de la fidelidad a nuestros valores", a?aden. La alusi¨®n a Blair no puede ser m¨¢s clara.
Pierre Mauroy, otro socialista franc¨¦s que preside la Internacional Socialista, fue incluso m¨¢s expl¨ªcito hace un mes ante el Consejo Nacional de su partido. "Nuestra Internacional debe seguir siendo socialista", dijo, y alent¨® a sus seguidores a "llevar la contraria al texto de Blair y Schr?der". En el Congreso de Par¨ªs habr¨¢, vaticin¨®, "vencedores y vencidos".
Similitudes entre rivales
Para muchos intelectuales, el debate Blair-Jospin es m¨¢s bien una "pelea de gallos en el corralito de la izquierda". "Las izquierdas de ambos pa¨ªses tienen m¨¢s similitudes que antagonismos y se parecen entre ellas m¨¢s de lo que ellas mismas creen", escribe John Crowley en su libro Sin espinas, la rosa. Henri Weber, el ide¨®logo del PS franc¨¦s, aprecia incluso que surge una irresistible "tendencia centr¨ªpeta ideol¨®gica" entre socialistas.A buscar un ideario renovado com¨²n ha contribuido activamente Gonz¨¢lez. Encargado hace tres a?os de reflexionar, al frente de una comisi¨®n integrada por latinoamericanos y africanos franc¨®fonos, sobre cu¨¢l debe ser la respuesta socialista a la globalizaci¨®n, el vicepresidente espa?ol de la Internacional ha escrito, bajo el ep¨ªgrafe Progreso global, 68 p¨¢ginas.
"Aprecio en Blair", explica Gonz¨¢lez en una conversaci¨®n con este peri¨®dico, " su no resignaci¨®n ante el fundamentalismo neoliberal y su capacidad de asumir ofertas con riesgo". "Aprecio en Jospin", prosigue, "su honestidad intelectual, pero me perturba su visi¨®n reguladora y cartesiana a ultranza". No suele, en cambio, mencionar a Schr?der, porque no cree que aporte algo a la reflexi¨®n com¨²n.
Progreso global incorpora algunos elementos del blairismo y del jospinismo. Es, sin embargo, esencialmente, un texto elaborado por Gonz¨¢lez y que, a su vez, inspira en buena medida la Declaraci¨®n de Par¨ªs que suscribir¨¢n el martes Blair, Jospin, Schr?der, Kok, el italiano Massimo d"Alema, el espa?ol Joaqu¨ªn Almunia y un millar de delegados m¨¢s.
A diferencia de los otros documentos, la declaraci¨®n intenta dejar de lado la visi¨®n europea de la renovaci¨®n del socialismo y tener en cuenta la preocupaci¨®n de los partidos de pa¨ªses en desarrollo, que, con el 80% de los comisionados, constituir¨¢n la abrumadora mayor¨ªa del Congreso.
Gonz¨¢lez ha querido elaborar una especie de marco com¨²n v¨¢lido para los socialistas guatemaltecos, austri¨¢cos o filipinos, que cada partido puede completar a su gusto. "Es un foro de encuentro de los progresistas, pero sin imponer modelos", se?ala Raimon Obiols, encargado de las relaciones internacionales del PSOE. Para algunos anglosajones, es un foro demasiado escorado hacia la latinidad y la francofon¨ªa, los ambientes m¨¢s afines a su inventor.
Esta ambici¨®n mundial ha llevado a Gonz¨¢lez y a su equipo a hacer un exhaustivo diagn¨®stico de los retos de la globalizaci¨®n, pero apenas dan recetas sobre c¨®mo enfrentarse a ella, porque, probablemente, las f¨®rmulas difieren de una regi¨®n a otra del planeta. Su propuesta m¨¢s innovadora es, seg¨²n Gonz¨¢lez, "la redistribuci¨®n de la capacidad emprendedora" a trav¨¦s de la formaci¨®n.
En el ¨¢mbito internacional es algo m¨¢s preciso. Aboga por anular la deuda de los pa¨ªses m¨¢s pobres en el 2000, por el derecho de injerencia por razones humanitarias y por la ampliaci¨®n democr¨¢tica del Consejo de Seguridad de la ONU. Critica, sin embargo, la inexistencia de un marco que regule los movimientos de capital, pero no explica en qu¨¦ deber¨ªa consistir.
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