En libertad por indocumentado

Aldelkader es Salmi, un traficante de droga condenado a cuatro a?os y seis meses de prisi¨®n, detenido en 1997 en posesi¨®n de 51 kilos de hach¨ªs tras una persecuci¨®n en La Jonquera, se present¨® el pasado martes en la c¨¢rcel de Girona con el mandamiento de ingreso en prisi¨®n dictado por la Audiencia de Girona, pero, sorprendentemente, fue rechazado por los funcionarios penitenciarios porque no llevaba documentaci¨®n alguna que acreditara su identidad. Fernando Lacaba, magistrado presidente de la secci¨®n tercera de la Audiencia de Girona, explic¨® ayer que se han dado casos de personas dispuestas a suplantar la personalidad de un condenado y que las c¨¢rceles tienen ¨®rdenes estrictas de no aceptar a ning¨²n preso sobre el que no se tenga plena seguridad de su identidad. El caso de Aldelkader es Salmi, que hab¨ªa cumplido la mitad de su pena en prisi¨®n preventiva y despu¨¦s qued¨® en libertad provisional a la espera de que el Tribunal Supremo confirmara su condena, fue posible porque la Audiencia de Girona ten¨ªa retenida toda su documentaci¨®n y, no obstante, accedi¨® a que acudiera a la c¨¢rcel sin escolta policial. Los funcionarios de la prisi¨®n no encontraron ning¨²n dato de Aldelkader en sus archivos, puesto que hab¨ªa cumplido la primera parte de su pena en la c¨¢rcel de Figueres. Tampoco fue suficiente que la letrada del condenado confirmara telef¨®nicamente su identidad. Finalmente, los funcionarios le aconsejaron que acudiera a la prisi¨®n en la que hab¨ªa cumplido condena anteriormente o que regresara a la de Girona convenientemente provisto de su documentaci¨®n.

Lacaba asegur¨® ayer que si el caso hubiera ocurrido por la ma?ana habr¨ªa bastado una simple llamada a la Audiencia para que el condenado ingresara en prisi¨®n, pero que a las siete de la tarde los funcionarios no pudieron localizar a ning¨²n funcionario judicial que les certificara la veracidad de la identidad de Aldelkader.

Seg¨²n fuentes judiciales, ayer todav¨ªa no se hab¨ªa producido el ingreso en prisi¨®n del condenado. Las mismas fuentes aseguraron que no se prev¨¦ la posibilidad de fuga de un condenado que ha estado en libertad provisional y que ha acudido voluntariamente a la c¨¢rcel.