Sesiones de v¨ªdeo en los descansos

Debajo de la pose castiza del seleccionador espa?ol, Jos¨¦ Antonio Camacho, hay tambi¨¦n un cient¨ªfico en potencia, un tipo interesado por las ventajas que la tecnolog¨ªa puede aportar al f¨²tbol. Camacho manda airadamente de vuelta al campo a un jugador que se acerca al banquillo porque tiene un corte en el dedo -bien lo sabe Roberto Fresnedoso, cuando coincidi¨® con ¨¦l en el Espanyol-, pero tambi¨¦n es capaz de dar instrucciones para que se graben todos sus entrenamientos en v¨ªdeo y estudiarlos luego detenidamente. O incluso ir m¨¢s all¨¢, casi convertirse en un pionero en el f¨²tbol. Como ahora: el seleccionador tiene la intenci¨®n de grabar los primeros tiempos de los partidos de la selecci¨®n y reproducirlos dentro del vestuario en los descansos para corregir situaciones y conseguir que los jugadores detecten con mayor facilidad los posibles errores.Como todav¨ªa no sabe los efectos de la medida ni la reacci¨®n de unos jugadores habituados a ocupar ese tiempo a otras cuestiones, Camacho probar¨¢ primero el experimento en las categor¨ªas inferiores. Sin ir m¨¢s lejos, su intenci¨®n es el de ponerlo en pr¨¢ctica durante el Mundial sub 17 que ayer comenz¨® en Nueva Zelanda.

El seleccionador espa?ol lleva a?os utilizando el v¨ªdeo como herramienta de trabajo, y no s¨®lo para el an¨¢lisis de los rivales o el repaso de los encuentros propios, como se hace en la mayor¨ªa de los equipos. Ya en el Espanyol, Camacho hac¨ªa grabar todos los entrenamientos del primer equipo. Una pr¨¢ctica que no s¨®lo considera capital para el trabajo did¨¢ctico con el f¨²tbol base. El seleccionador considera que el futbolista que se siente filmado se esmera m¨¢s -sabe que cualquier gesto de picaresca para evitar un ejercicio va a ser captado- y que dispone de menos argumentos para discutir las decisiones t¨¦cnicas. Y en un entrenador que tiene en los gui?os psicol¨®gicos su mejor virtud, hasta el v¨ªdeo le vale por ah¨ª como recurso: hace a?os, en v¨ªsperas de enfrentarse al Madrid en el Bernab¨¦u, se guard¨® su disgusto por c¨®mo estaban entren¨¢ndose los suyos hasta horas antes del duelo; entonces les puso un v¨ªdeo de una sesi¨®n mal hecha, les dijo algo as¨ª como "si v¨¢is a jugar as¨ª, mejor no salt¨¦is al campo; ya os digo el resultado", y se fue. Horas despu¨¦s su equipo festejaba el triunfo.