El cantor de las derrotas

De Los Secretos se dijo que era un grupo mis¨®gino, un conjunto llor¨®n que hac¨ªa pop baboso. Como siempre, se confund¨ªa la apariencia exterior y la envoltura formal con la realidad de un repertorio de hiel, rebosante de relaciones frustradas, angustias nocturnas, almas a la deriva. Pr¨¢cticamente todo el repertorio que firmaba Enrique Urquijo -y buena parte del escrito con su hermano Alvaro- retrataba a un rom¨¢ntico con m¨¢s capacidad para hundirse en la desolaci¨®n emocional que dispuesto a comprender, a pactar, a luchar.Nada explica mejor su temperamento que aquella canci¨®n que escuch¨® a Joaqu¨ªn Sabina empezar a componer, contando un flechazo de m¨²sico en gira con camarera de pueblo marinero y que luego se bifurc¨® en dos piezas diferentes. La de Sabina se titul¨® Y nos dieron las diez, ten¨ªa desenlace er¨®tico ("y desnudos al anochecer nos encontr¨® la luna") y una coda heroica: el cantante volv¨ªa al pueblo y era detenido tras atacar a pedradas el banco que hab¨ªa reemplazado al bar de la chica.

El bell¨ªsimo tema de Enrique se titul¨® Ojos de gata, era m¨¢s breve y narraba una derrota: su fantas¨ªa de seducci¨®n terminaba con una borrachera, recriminaciones femeninas ("coment¨® por ah¨ª que yo era un chaval ordinario") y una explicaci¨®n desgarradora que repet¨ªa para cerrar la canci¨®n, aquello de "?c¨®mo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario?".