Dolor y desolaci¨®n en el mundo del pop por la muerte del cantante Enrique Urquijo
El l¨ªder del grupo Los Secretos ser¨¢ enterrado hoy en el cementerio madrile?o de la Almudena
Su hermano ?lvaro estaba cantando en Zaragoza cuando le llamaron de madrugada para comunicarle la muerte de Enrique Urquijo, componente, como ¨¦l, del grupo Los Secretos. El cad¨¢ver del compositor y cantante del m¨ªtico grupo, que se alz¨® a la fama con la movida madrile?a, fue velado ayer por la tarde en el tanatorio madrile?o por una buena parte de los m¨²sicos de su generaci¨®n. El compositor de Quiero beber hasta perder el control ser¨¢ enterrado hoy en el cementerio madrile?o de la Almudena. Llevaba dos d¨ªas desaparecido cuando fue encontrado muerto en un portal de Madrid.
El mundo del pop est¨¢ desolado. El mi¨¦rcoles por la noche, Enrique Urquijo, de 39 a?os, fundador de Los Secretos, fue encontrado muerto en un portal de la calle del Esp¨ªritu Santo, en el madrile?o barrio de Malasa?a. La consternaci¨®n y el dolor no impiden a sus muchos amigos plantearse algunas preguntas. Todos quieren saber c¨®mo fueron los dos ¨²ltimos d¨ªas de Enrique Urquijo, con qui¨¦n estuvo, por d¨®nde se movi¨®, qu¨¦ hizo, c¨®mo ocurri¨® todo. La polic¨ªa investiga las circunstancias en las que se produjo la muerte del cantante. El cuerpo no presentaba signos de violencia, pero s¨ª del consumo de estupefacientes, seg¨²n fuentes del Insalud. Un vecino del inmueble donde se encontr¨® el cuerpo del compositor asegur¨® haber presenciado c¨®mo un chico y una chica trataban de reanimar al m¨²sico d¨¢ndole un masaje cardiaco, informa Juan Franc¨¦s. El compositor de Ojos de gata estaba tirado en el suelo boca arriba. Ten¨ªa la cazadora colocada en la nuca, a modo de almohada, y la camisa, levantada, con el pecho descubierto.Por el tanatorio, donde fue trasladado el cad¨¢ver del cantante tras serle practicada la autopsia, pasaron, sobre todo, m¨²sicos de todos los grupos de su generaci¨®n, muchos t¨¦cnicos y los due?os de un mont¨®n de locales madrile?os donde Enrique Urquijo sol¨ªa actuar en solitario. Joaqu¨ªn Sabina y Santiago Auser¨®n, que se encontraban fuera de Madrid, enviaron telegramas de p¨¦same a la familia. ?lvaro, que siempre ha cuidado y apoyado a su hermano, parec¨ªa destrozado.
Seg¨²n todos sus amigos y allegados, la muerte sorprendi¨® a Enrique en un momento en que el cantante y compositor ("un talento exquisito de la m¨²sica pop", en palabras de Santiago Auser¨®n) estaba ilusionado y plet¨®rico de proyectos. Por tr¨¢gica casualidad, hoy se pone a la venta Los Secretos. Grandes ¨¦xitos. Volumen II. Del primer volumen se han vendido cerca de 300.000 ejemplares. Precisamente, el pr¨®ximo d¨ªa 25 se iba a presentar este segundo volumen en la sede de la Sociedad General de Autores y se le iba a entregar un qu¨ªntuple disco de platino por las ventas del primero. Enrique y su hermano ?lvaro, por otra parte, hab¨ªan decidido volver a grabar como Los Secretos, sin abandonar sus respectivas carreras en solitario; ya estaban preparando las canciones.
Manuel Notario, representante de Enrique desde hace unos a?os, est¨¢ roto, pero todav¨ªa le quedan fuerzas para proclamar serenamente: "Enrique era, sobre todo, un gran depresivo. Y cuando le ven¨ªa el mal desaparec¨ªa, se esfumaba, no sab¨ªamos d¨®nde se met¨ªa. Hace unos d¨ªas, en la entrega de los Premios Amigo, estaba magn¨ªfico, ilusionado". Precisamente, tras la entrega de esos premios, algo ocurri¨® al cantante y compositor que le hizo ingresar en una cl¨ªnica por voluntad propia para someterse a una cura de desintoxicaci¨®n. Pero el lunes pasado pidi¨® el alta. A partir de entonces estuvo perdido.
Manuel Notario, trag¨¢ndose la infinita amargura, comenta: "Desde hace unos meses, Enrique era otra persona. Reh¨ªzo su vida sentimental. Cada ma?ana llevaba al colegio a su hija de cinco a?os. Escrib¨ªa canciones sin parar, te hablaba de proyectos. Pero la vida es as¨ª de est¨²pida y malvada".
Enrique Urquijo era una persona absolutamente entra?able y tierna. Aunque era muy t¨ªmido, su vida eran los escenarios, donde no dej¨® de actuar en todos estos a?os. Los bares musicales de Madrid est¨¢n de luto. En la noche profunda, le gustaba cobijarse en algunos lugares donde se pon¨ªa a cantar y tocar la guitarra. Por ejemplo, en Lady Pepa, un cl¨¢sico de las madrugadas madrile?as cercano al lugar donde encontr¨® la muerte. Enrique, siempre triste pero muy dulce, cantaba rancheras de una forma suave, profunda, aterciopelada y susurrante. Estaba enamorado de Se me olvid¨® otra vez: "Probablemente ya / de m¨ª te has olvidado, / y mientras tanto, yo / te seguir¨¦ esperando... / Se me olvidaba que / ya hab¨ªamos terminado".
Llorarle en la intimidad
Los Secretos han tenido una vida tan azarosa como su nombre sugiere. La tragedia se ceb¨® con ellos: dos de los bater¨ªas del grupo murieron en sendos accidentes de circulaci¨®n. Y ahora esto. Y como la vida es as¨ª de extra?a, a partir de este momento, la obra y las canciones de Enrique Urquijo llegar¨¢n a mucha m¨¢s gente. En los ambientes musicales, todo el mundo sabe desde hace tiempo que Enrique Urquijo fue un talento. Hoy ser¨¢ enterrado en la Almudena. Su familia y sus amigos desean llorarle en la intimidad.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.