Tormenta
MIQUEL ALBEROLA
Algunos astr¨®nomos han concluido que la tormenta de meteoritos defraud¨® la condici¨®n de espect¨¢culo hist¨®rico que se le hab¨ªa dado. A duras penas observaron en el cielo entre dos o tres meteoritos por segundo, cuando las previsiones anunciaban que se detectar¨ªan hasta unos cuarenta. Mientras tanto, en la vertical de esa tormenta se desarrollaba otra de mayor calidad astron¨®mica con el estallido del caso Tabares, con un rastro de polvo estelar de 1.409 millones de pesetas, y para el que no era necesario subirse a ninguna muela ni asomarse a un astr¨®grafo con lentes de muchos cent¨ªmetros de di¨¢metro, puesto que se trata de un asunto de gran vistosidad. Tambi¨¦n ¨¦ste, a su modo, ha sido el fen¨®meno de m¨¢ximo esplendor de la pol¨ªtica exterior del Gobierno de Eduardo Zaplana, a trav¨¦s del rabo fulgurante de un cometa llamado Ivex, en cuyo interior se han cocido varios asuntos de nueve cifras lejos del control parlamentario. En el n¨²cleo opaco de este asteroide se fragu¨® el contrato con Julio Iglesias, quien transfigur¨® su oscura mojamez en el logotipo comercial de los valencianos, y all¨ª sin duda est¨¢ la clave de la repentina vocaci¨®n municipal de Diego Such. Un suma y sigue sumergido que empez¨® en el mismo Tokio en el que ha permanecido Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares todos estos d¨ªas haciendo un oportuno doctorado con "una beca sin dotaci¨®n econ¨®mica", sobreviviendo en la ciudad m¨¢s cara del mundo con la "peque?a indemnizaci¨®n" que le dieron al salirse de la ¨®rbita del Ivex. Tanto sacrificio para que ahora traten de colgarle el mochuelo de un riesgo habitual de la ingenier¨ªa financiera, que corresponsabiliza a altas instancias del Consell, y le preparen una querella que huele a archivo para que todo quede en nada. Entre tanto, o justamente por esta causa, Zaplana enriquec¨ªa su bronceado de yate con tintes de Zurbar¨¢n en el Spanish Institute de Nueva York, que es lo mismo que hubiera hecho el Corleone de turno, llegado el caso, ante una sucesi¨®n de hechos previamente planificados. Una puesta en escena tan elaborada que eclips¨® hasta la tormenta de estrellas.
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