Biocultura
MIGUEL ?NGEL VILLENA
Los ni?os celebran en los colegios una fiesta de las brujas importada y llamada Halloween; la Navidad se anuncia en forma de Pap¨¢ Noel y no de belenes en gigantescos supermercados que emiten una y otra vez el gingel bell por los altavoces; las hamburgueser¨ªas y los restaurantes de comida-basura inundan los centros hist¨®ricos de cualquier ciudad; y las cafeter¨ªas se llaman coffee-shop. En fin, que la f¨¢brica de sue?os y de d¨®lares de Hollywood impone modas, estilos y comportamientos en todo el mundo. Con este escenario, nada apocal¨ªptico sino m¨¢s bien costumbrista, ?alguien puede extra?arse de que surjan nacionalismos, broten localismos y muchos musulmanes califiquen a Estados Unidos de gran Sat¨¢n? La hegemon¨ªa cultural de los yanquis es tan abrumadora que ha rebasado los l¨ªmites de la econom¨ªa, de la pol¨ªtica o de la sociolog¨ªa para irrumpir -corromper ser¨ªa quiz¨¢ un verbo m¨¢s ajustado- incluso en las fiestas aut¨®ctonas. Unas fiestas que, por definici¨®n, exigen de un ritual, demandan una cierta puesta en escena y responden a un paisaje y a un paisanaje porque, de lo contrario, pierden su sentido hasta convertirse en un puro teatro de gui?ol. El esperpento de la globalizaci¨®n cultural lo han brindado los filipinos que han construido un palacio del hielo en Manila para que aquellos asi¨¢ticos cat¨®licos festejen la Navidad tal cual aparece en las postales norteamericanas.
El Informe mundial sobre la cultura, realizado bajo el auspicio de la Unesco y presentado en su versi¨®n espa?ola el pasado mi¨¦rcoles, destaca la importancia de la diversidad cultural (biocultura habr¨ªa que llamarla) y ha alertado contra quienes preconizan su eliminaci¨®n. El estudio define la cultura como fruto de la fusi¨®n o la diferenciaci¨®n de culturas particulares. Hoy y sin llegar a la disyuntiva del coca-cola asesina, carajillo al poder los ind¨ªgenas no tienen m¨¢s remedio que plantar cara a los colonizadores. Porque, de seguir as¨ª las cosas, dentro de poco los grupos de bailes folcl¨®ricos ser¨¢n declarados una especie en v¨ªas de extinci¨®n. Y si no, al tiempo.
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