Atentado a la dignidad
En el quehacer profesional, tienes oportunidad de conocer situaciones que afectan de manera distinta a las personas que las padecen, y he podido comprobar que una de las situaciones que m¨¢s afecta a su dignidad personal es el despido sin causa.Pues bien, desde hace aproximadamente dos a?os, profesionales del periodismo que ven¨ªan desarrollando su trabajo en el ente p¨²blico R¨¤dio Nou, han sido objeto de este tipo de despido sin que la direcci¨®n de referido organismo p¨²blico haya tenido a bien explicar los motivos que la han llevado a tomar esta dr¨¢stica decisi¨®n.
He visto a cada uno de estos trabajadores pasar por momentos muy dif¨ªciles, no les era f¨¢cil comprender, por qu¨¦ les hab¨ªan despedido si sus programas ven¨ªan teniendo un alto ¨ªndice de audiencia.
El ente p¨²blico Radio Televisi¨®n Valenciana ha tenido que indemnizar a cada uno de los trabajadores despedidos, en algunos casos, cantidades considerables por la impericia de su direcci¨®n, sin que al parecer, ello importe demasiado, pues al d¨ªa siguiente esta misma direcci¨®n proced¨ªa a realizar una nueva contrataci¨®n que devendr¨¢ igualmente en irregular, al seguir vulnerando la legalidad vigente.
He intentado, durante este largo periodo, mantener una actitud prudente, valorando la situaci¨®n desde un punto de vista profesional, pero sin duda estos despidos sin causa realizados por un organismo p¨²blico sin prever otra soluci¨®n para trabajadores que hab¨ªan demostrado fehacientemente su buen hacer profesional, iba produciendo en m¨ª una preocupaci¨®n a medida que ten¨ªa un mayor conocimiento de los hechos y circunstancias que hab¨ªan propiciado esta incomprensible decisi¨®n, pero yo misma me convenc¨ªa una y otra vez de que no deb¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de mi quehacer profesional.
Pero al igual que a la fot¨®grafa Susan Wats, a quien en su recorrido por el Bronx le cal¨® la historia de Gloria Col¨®n (enganchada a la droga en la adolescencia, madre a los 18 a?os y en la calle a los 19), y decidi¨® no s¨®lo su publicaci¨®n sino volver al cabo de una semana en su busca para proporcionarle ayuda, a m¨ª me sobrecogi¨® el comportamiento vejatorio e inhumano de la direcci¨®n de R¨¤dio Nou, de nuevo con un trabajador temporal, que ha optado por solicitar voluntariamente la rescisi¨®n laboral de su contrato (a pesar de que lleva trabajando para el ente p¨²blico desde hace nueve a?os) ante el menoscabo de su dignidad personal, y, de la misma manera que Susan, he decidido dar a conocer su historia, pues si la Constituci¨®n y el Estatuto de los Trabajadores reconocen el derecho a la intimidad y la consideraci¨®n debida a la dignidad de las personas, el poder que pudiere ostentar la direcci¨®n de Radio Televisi¨®n Valenciana no comprende todav¨ªa el ataque a estos derechos, sino m¨¢s bien su respeto.
De ah¨ª que tenga la osad¨ªa de llamar la atenci¨®n tanto al Gobierno como a la oposici¨®n que antes gobern¨® sobre el hecho de que deber¨ªan convenir una nueva forma de gesti¨®n respecto de los medios de comunicaci¨®n de car¨¢cter p¨²blico, puesto que es hora de gestionar de otro modo, y no cabe duda de que quien ha de iniciar este proceso es quien ostenta la mayor¨ªa parlamentaria ya que no puede ni debe permitirse esta forma de gesti¨®n a d¨ªa de hoy que atenta contra la dignidad de las personas.
Por tanto, las mayor¨ªas parlamentarias no deben ser utilizadas para adoptar esta clase de medidas, como tampoco deben seguir produci¨¦ndose despidos ni modificaciones de puestos de trabajo sin causa que lo justifique pues ni el despido ni la rescisi¨®n voluntaria del contrato por menoscabo de la dignidad son la soluci¨®n. Hay que buscar formas de integraci¨®n, ya que estas situaciones adem¨¢s de perjudicar a quien las sufre, van degradando no s¨®lo a quien las practica sino tambi¨¦n a quien sin practicarlas las consiente.
No parece posible que se pueda seguir diciendo que se est¨¢ propiciando la no precariedad en el empleo y continuar formalizando contrataciones temporales para puestos de trabajo considerados por la jurisprudencia como de naturaleza indefinida, m¨¢xime cuando esta contrataci¨®n precaria quien la realiza es un organismo p¨²blico.
Pero la verdad, ahora que lo pienso, es que esta historia no es nueva. Tiene una antig¨¹edad al menos de dos a?os. ?Se decidir¨¢n a tomar alguna soluci¨®n o habremos de exigirla los ciudadanos?
?Ah!, por cierto Gloria, sali¨® de su infierno.
Isabel Santos es abogada.
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