Berlusconi tendr¨¢ que sentarse en el banquillo acusado de corromper a varios jueces romanos
Apenas 72 horas despu¨¦s de que un juez de Mil¨¢n decidiera el martes procesar al l¨ªder de la oposici¨®n pol¨ªtica y magnate de la televisi¨®n privada italiana, Silvio Berlusconi, por presunto fraude contable en la empresa All Iberian II, otro magistrado orden¨® ayer la apertura de un nuevo juicio contra ¨¦l, esta vez por presunta corrupci¨®n a una serie de jueces romanos para ama?ar sentencias en su favor en 1985. En el proceso, que se inicia el pr¨®ximo 9 de marzo, el l¨ªder de Forza Italia estar¨¢ acompa?ado por Cesare Previti, ex ministro de Defensa en el Gobierno presidido por Berlusconi en 1994, y por otras seis personas.
El l¨ªder de la coalici¨®n de oposici¨®n reaccion¨® con la misma furia con la que acogi¨® el martes la decisi¨®n del juez sobre el caso All Iberian. "Hemos ido m¨¢s all¨¢ de la locura y m¨¢s all¨¢ de la ley", dijo ayer Berlusconi, "porque se pisotean los procedimientos, se niegan los derechos de la defensa, se utilizan falsos testimonios y se construyen pruebas falsas". "Todo el mundo ve claro ya que los que act¨²an no son los jueces, sino miembros de la izquierda que usan la justicia para sus fines de lucha pol¨ªtica, con la intenci¨®n de eliminar de la escena al que consideran el enemigo m¨¢s peligroso".Berlusconi no se detuvo a la hora de se?alar con el dedo a los fiscales de Mil¨¢n, aunque no lleg¨® a nombrarles. "El uso de la justicia por parte de un reducido grupo de magistrados", dijo, "constituye un verdadero y aut¨¦ntico c¨¢ncer que hay que extirpar del cuerpo de la democracia para preservar la libertad en nuestro pa¨ªs". Los dem¨¢s l¨ªderes de la coalici¨®n de oposici¨®n Polo de las Libertades coincidieron con su jefe en el an¨¢lisis de esta nueva decisi¨®n judicial y salieron en defensa de la inocencia de Berlusconi.
No menos violenta fue la respuesta de Walter Veltroni, ex vicepresidente del Gobierno italiano -y firme candidato a suceder a Massimo D"Alema al frente del Ejecutivo-, quien, tras mostrar su "preocupaci¨®n" por la reacci¨®n de Berlusconi, calific¨® al magnate de "extremista de derechas". El portavoz del grupo parlamentario de los Dem¨®cratas de Izquierda, Fabio Mussi, dijo que "si existe un c¨¢ncer en Italia, es el que representa un l¨ªder pol¨ªtico que no reconoce la soberan¨ªa de la ley".
La decisi¨®n del juez Alessandro Rossato -a quien Berlusconi ha amenazado con una querella- da v¨ªa libre a la investigaci¨®n desarrollada desde 1995 por varios de los jueces del movimiento Manos Limpias, entre ellos, la fiscal Ilda Bocassini, en torno a varios casos de corrupci¨®n judicial. Una investigaci¨®n considerada por muchos como la m¨¢s importante de las desarrolladas por este grupo de jueces desde los tiempos de Tangent¨®polis. A los imputados se les acusa de haber sobornado a los jueces romanos que en 1985 decidieron bloquear la venta de la industria de alimentaci¨®n Sme al grupo de Carlo de Benedetti, favoreciendo en cambio a Berlusconi, Barilla y Ferrero, que compet¨ªan por ella.
Otros implicados
Adem¨¢s del l¨ªder de la oposici¨®n -contra el que pesa un segundo delito de fraude contable- y del que fuera su ministro de Defensa, Cesare Previti, tendr¨¢n que responder de la acusaci¨®n de corrupci¨®n de actos judiciales del ex jefe de los jueces que se encargan en Roma de las investigaciones preliminares, Renato Squillante, el abogado Attilio Pacifico y el ex juez Filippo Verde. Mientras otras cuatro personas -los hijos de Squillante, Mariano y Fabio, y la mujer de este ¨²ltimo, Olga Savtchenko- est¨¢n acusadas de favorecer el delito de corrupci¨®n, al igual que el ex juez romano que en estos momentos ejerce en N¨¢poles Francesco Misiani.La investigaci¨®n que han llevado adelante los fiscales de Mil¨¢n se inici¨® en julio de 1995 gracias a la inestimable colaboraci¨®n de Stefania Ariosto, una se?ora entrada en los cuarenta, bien parecida y de aspecto distinguido que hab¨ªa mantenido una larga relaci¨®n con Vittorio Dotti, entonces portavoz de Forza Italia en la C¨¢mara de Diputados e ¨ªntimo amigo de Cesare Previti y de Berlusconi. Ariosto confes¨® a la fiscal Ilda Bocassini haber sido testigo, al menos en tres ocasiones, de c¨®mo Previti corromp¨ªa a los jueces romanos. Obviamente, no lo hac¨ªa por cuenta propia, seg¨²n la testigo, sino por encargo del l¨ªder de la oposici¨®n.
Los fiscales han podido seguir en Suiza, gracias a varias comisiones rogatorias, movimientos de dinero desde las cuentas del holding familiar de Berlusconi, Fininvest, a las de los magistrados inculpados, siempre a trav¨¦s de las cuentas del propio Previti.
No todos los implicados en la investigaci¨®n se han visto obligados a abandonar la actividad pol¨ªtica o judicial como consecuencia de la misma. En marzo de 1996, los fiscales ordenaron la detenci¨®n del juez Squillante y del abogado Pacifico; sin embargo, Cesare Previti no pudo ser detenido porque la C¨¢mara de Diputados, de la que forma parte, neg¨® el suplicatorio pedido. En cuanto a Berlusconi, su inclusi¨®n en la investigaci¨®n ha sido reciente. La audiencia preliminar del caso comenz¨® hace 17 meses y ha estado caracterizada por la dureza verbal entre los fiscales y los abogados defensores.
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