Un hombre desnudo hiere con un sable a 10 fieles en una iglesia de Londres
Un hombre desnudo atac¨® ayer con una espada a los feligreses de San Andr¨¦s, una iglesia cat¨®lica del sur de Londres, causando 10 heridos, uno de ellos de gravedad. El incidente se produjo durante la misa de las 10 de la ma?ana, cuando el atacante, totalmente desnudo, irrumpi¨® por la parte trasera de la iglesia y blandi¨® su arma indiscriminadamente desde el pasillo central del recinto sagrado. El asaltante, un vecino del barrio, de 35 a?os, apunt¨® indiscriminadamente contra rostros y cuellos de las personas que encontr¨® a su paso.El ataque pudo tener consecuencias a¨²n peores de no ser por la reacci¨®n de un grupo de feligreses. Entre ellos, el polic¨ªa Tom Tracey, que cantaba en el coro, rompi¨® un tubo del ¨®rgano y se enfrent¨® al hombre desnudo. Con la ayuda de otros miembros de la congregaci¨®n consigui¨® controlar finalmente al enloquecido asaltante que poco antes bland¨ªa su espada a diestro y siniestro.
"Ya no se est¨¢ segur¨® en ninguno sitio", se?al¨® visiblemente afectada Marie Parcou. Su marido, Jules, pensionista como la mayor¨ªa de los heridos, se recuperaba anoche en un hospital de Surrey, al sur de la capital, de cortes y laceraciones.
Entre los cuatro hombres y seis mujeres que cayeron v¨ªctimas de la brutal y sangrienta acci¨®n, un feligr¨¦s de 55 a?os continuaba ayer grave con cortes en la cara, en el cuello, y varios dedos amputados. A¨²n afectada por la traged¨ªa, la congregaci¨®n de San Andr¨¦s comparaba el suelo de la iglesia con un r¨ªo de sangre y describ¨ªa la escena como una carnicer¨ªa. "Un herido ten¨ªa la mand¨ªbula colgando de su cara", dijo un testigo.
La polic¨ªa se reserv¨® la identidad y motivos del asaltante, que ayer fue detenido en una comisaria local tras ser atendido de varias heridas. "Tengo miedo todav¨ªa. Si no fuera un devoto cristiano nunca m¨¢s regresar¨ªa a la iglesia", confes¨® Carles Sousa, un empresario de la zona. El ataque con "una espada tipo samurai de unos tres metros", seg¨²n un testigo, trajo a la memoria la brutal acci¨®n, hace tres a?os, de un individuo que carg¨® un machete contra ni?os de una escuela de Wolwerhampton, al norte del pa¨ªs.
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