El Gobierno brit¨¢nico investiga a un hospital por la extracci¨®n de ¨®rganos de beb¨¦s muertos
Un pat¨®logo, sospechoso de haber "vaciado" 850 cad¨¢veres sin permiso de los padres
Temeroso de que un nuevo esc¨¢ndalo sacuda a la vapuleada sanidad p¨²blica, el Gobierno brit¨¢nico orden¨® ayer la apertura de una investigaci¨®n sobre la supuesta extracci¨®n clandestina de los ¨®rganos de centenares de ni?os enfermos, fallecidos en el hospital p¨²blico Alder Hey (Liverpool). Seg¨²n los padres de los peque?os, Dick van Velzen, el pat¨®logo responsable de estas pr¨¢cticas a principios de los a?os 90, nunca pidi¨® su consentimiento para almacenar h¨ªgados, cerebros o ri?ones una vez certificada su muerte. El juez instructor teme que la cifra de menores afectados ascienda a 850.
Hizo falta que Andre Rebello, juez de primera instancia de Liverpool, anunciara en p¨²blico la reapertura de uno de los casos, relativo a la extracci¨®n de todos los ¨®rganos del cuerpo de la peque?a Kayliegh Valentine, para que sonara la alarma en el Ministerio de Sanidad. Los padres de la ni?a, fallecida hace nueve a?os en Alder Hey, aseguran que prohibieron de forma expresa que su cuerpo fuera tocado por los pat¨®logos. Incluso subrayaron que no pensaban donar sus ¨®rganos, ya fuera para trasplantes o bien para la investigaci¨®n. Ahora han sabido que su hija fue enterrada "como una c¨¢scara vac¨ªa", mientras todos sus ¨®rganos eran depositados en recipientes del ala de patolog¨ªa del centro hospitalario.Seg¨²n el juez, practicar una autopsia no faculta a los m¨¦dicos a retener los ¨®rganos del fallecido, "en especial si carecen del consentimiento familiar". El presidente del propio Colegio Oficial de Pat¨®logos, John Lilleyman, comparte su opini¨®n: "El ¨ªndice de extracciones de Alder Hey era muy superior a cualquier otro del pa¨ªs. Por falta de fondos, tal vez, tampoco fueron completados los correspondientes an¨¢lisis destinados a averiguar las causas de la muerte de los ni?os. Todo resulta muy sospechoso".
Aunque la legislaci¨®n vigente faculta a los pat¨®logos para que extraigan ¨®rganos de un paciente cuando necesiten analizar a fondo las causas de su enfermedad, desde hace una d¨¦cada es necesario contar antes con el consentimiento paterno o familiar. Algo que Dick van Velzen no pareci¨® tener demasiado en cuenta en Liverpool. Los primeros datos recabados por el juez sugieren que efectu¨® centenares de extracciones entre 1988 y 1995, fecha en que abandon¨® el hospital Alder Hey. Su fracaso en un nuevo puesto m¨¦dico en Nueva Escocia (Canad¨¢), de donde fue despedido, despert¨® las primeras dudas.
Cuando el matrimonio Valentine acudi¨® al juez de Liverpool, otras 70 familias en las mismas circunstancias hab¨ªan empezado ya a presionar al Gobierno para que abriera una investigaci¨®n al respecto. Todos sus hijos hab¨ªan fallecido en el mismo hospital que la peque?a Kayliegh, y nadie recordaba haber consentido la extracci¨®n de sus ¨®rganos.
En el caso del hospital de Liverpool, los ¨®rganos, almacenados a centenares en frascos depositados en el ¨¢rea de patolog¨ªa, fueron encontrados en el curso de una investigaci¨®n interna. Antes de que estallara el esc¨¢ndalo, la direcci¨®n del centro quiso comprobar si las familias sab¨ªan lo que ocurr¨ªa con sus peque?os.
El precedente de Bristol
Otro esc¨¢ndalo similar, en el hospital brit¨¢nico Royal Infirmary de Bristol, est¨¢ siendo investigado y las primeras conclusiones no son tranquilizadoras. All¨ª fallecieron una veintena de beb¨¦s por negligencia de los cardi¨®logos, que les operaban sin estar capacitados. Lo que no se sab¨ªa es que los ¨®rganos eran extra¨ªdos para la investigaci¨®n. Los m¨¦dicos dicen que es "pr¨¢ctica com¨²n". Los padres no recuerdan haber dado su permiso.En vista de las repercusiones de ambos sucesos, y puesto que las demandas por da?os pueden alcanzar cifras millonarias, el Gobierno ha decidido preguntar sobre el asunto a todos los hospitales p¨²blicos.
De momento, las familias de los ni?os muertos en Liverpool no han salido a la calle. En Bristol nadie olvidar¨¢ los min¨²sculos ata¨²des negros con cruces blancas frente al Royal Infirmary. Hab¨ªa uno por cada peque?o fallecido en el curso de unas operaciones que, seg¨²n el anestesista que alert¨® de lo que suced¨ªa, se hac¨ªan para no perder los fondos destinados a la investigaci¨®n.
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