"No necesito disfrazarme para justificar mi obra"
Pregunta. A simple vista lo aprovecha todo. Respuesta. Tengo una enorme capacidad para recoger toda la informaci¨®n. Los artistas somos cronistas de lo que nos ha tocado vivir. Absorbo lo que me interesa y le cambio el c¨®digo. Se trata de coger algo que tienes visto mil veces y crear con ello algo distinto. Ah¨ª est¨¢ un poco la magia. Le creas unos v¨ªnculos al espectador, pero a la vez le das algo completamente distinto.
P. ?Su lenguaje siempre fue el pop?
R. En Bellas Artes los profesores estaban un poco de los nervios conmigo porque era capaz de hacer cualquier cosa. Incluso uno de ellos me sugiri¨® que me atase la mano derecha a la espalda para contener mi facilidad para el dibujo. Fui un ni?o bastante precoz y desde que tengo uso de raz¨®n estoy dibujando sin tener un estilo definido. Sab¨ªa que me llegar¨ªa con el tiempo y mientras tanto experiment¨¦. Hasta que a finales de los ochenta cog¨ª el lenguaje que m¨¢s me gustaba y m¨¢s dif¨ªcil me parec¨ªa, que es m¨¢s o menos el pop. Entonces no estaba nada de moda, pero me mantuve contra viento y marea.
P. ?El pop es un estado de ¨¢nimo destraumatizado ante el arte?
R. Por supuesto. No est¨¢ re?ido que una obra sea interesante y agradable. El arte serio no tiene por qu¨¦ ser mejor que el que tiene un repizco ir¨®nico. Adem¨¢s, el trabajo es tremendamente riguroso en cuanto a temas y desarrollo de la obra. Pero el pop no consite en hacer una cosa divertida y graciosa, sino que el concepto tiene que estar muy bien resuelto. En ese sentido cada d¨ªa me cuesta m¨¢s pintar.
P. Usted riza el rizo: a?ade un substrato de iron¨ªa.
R. La obra es un reflejo de la personalidad. Mis cuadros son lo que yo soy. Si soy optimista y tengo ganas de vivir, pues mis cuadros lo transmiten. Y eso me parece que es ser honesto. Me expreso en un c¨®digo asimilable por todo el mundo, y para m¨ª es un lujo que mi obra la comprenda un ni?o de tres a?os y una persona de 80.
P. ?Es m¨¢s hijo de Warhol y Lichtenstein o de Cr¨®nica y las fallas?
R. Mi pintura est¨¢ entre los dos mundos, el de la cultura americana y el de Josep Renau, el cart¨®n piedra de las fallas, la iron¨ªa, la doble lectura, el car¨¢cter de lo ef¨ªmero... Trabajo con lo m¨¢s pr¨®ximo que tengo.
P. A menudo sus obras se quedan a un palmo del kitsch. ?Asume el riesgo?
R. S¨ª, pero estoy a un palmo. Tiene ciertos toques: es contundente pero no chirr¨ªa. Siempre me han alabado el gusto y la combinaci¨®n de colores que, pese a ser tremendamente impactantes, no llega a molestar. Ese punto kitsch es muy valenciano y yo presumo de ¨¦l, aunque sin llegar a lo estrafalario.
P. Lleva muy adentro lo de ser valenciano.
R. Cuando est¨¢s fuera de Valencia eso te marca m¨¢s. Hace dos a?os la noche de San Jos¨¦ cog¨ª un par de vacas, hice una falla en la terraza de mi ¨¢tico de Madrid y la quem¨¦. Es tremendo. No es que sea fallero, pero ¨¦stas son mis ra¨ªces.
P. ?Por qu¨¦ recurre a tantos colores, trata de ocultar algo?
R. Todo lo contrario, trato de mostrarme mejor. Bien mirado, mi paleta es bastante reducida: se limita a amarillo, magenta y azul, colores primarios. No utilizo casi nada los colores medios. Mis colores son un poco la descomposici¨®n de la luz, pese a que tambi¨¦n he utilizado mucho el blanco y el negro, pero no son un blanco y negro tristes.
P. Le reprochan que su obra est¨¢ hecha deliberadamente para que guste al p¨²blico.
R. Es que eso es imposible. Ser¨ªa de locos que el objetivo final fuese ¨¦se. Trabajo principalmente para m¨ª, y si eso coincide con que gusta a una gran parte de la gente, pues es el pago que obtiene el artista.
P. ?El arte no es un producto que deba adaptarse al mercado?
R. En absoluto. Yo, por ejemplo, hago retratos por encargo, pero no los hago por dinero sino porque disfruto. Hago retratos porque es un reto y me lo impongo como un ejercicio que requiere un esfuerzo y una ansiedad terrible. Donde un artista de verdad da la talla es en el retrato.
P. ?Por qu¨¦ en los retratos siempre pinta a la gente m¨¢s guapa de lo que es?
R. Trato de reflejar mi propio interior. Intento coger lo positivo, pero no embellezco por embellecer. Cuando ves a alguien te da el flash de lo que es y lo que no es. Eso tiene poco que ver con que tenga arrugas o no las tenga. Mis retratos, al margen de que que intente sacar lo mejor de esa persona, son muy psicol¨®gicos.
P. ?Qu¨¦ fue primero en su vida el arte o la publicidad?
R. El arte. La publicidad fue circunstancial, aunque he de reconocer que tengo una deuda pendiente con la publicidad porque me ha dado mucha disciplina. Soy ordenado y resolutivo, y mi forma de trabajar es limpia gracias a la publicidad. Existe una idea t¨®pica de que para pintar tenemos que ser raros, locos, torturados... Pero yo no necesito disfrazarme para justificar mi obra. Soy una persona tremendamente normal y accesible.
P. ?En qu¨¦ se parecen el arte y la publicidad?
R. Arte y publicidad est¨¢n muy mezclados en el siglo XX, y la globalizaci¨®n tiende a¨²n m¨¢s al mestizaje en todos los aspectos.
P. ?Prefiere reinterpretar a crear?
R. Es que reinterpretar tambi¨¦n es crear. Me gusta crear, aunque parta de unos referentes que son muy claros. Y para m¨ª crear no es hacer s¨®lo cuadros, porque parece que si no haces cuadros eres menos artista. He hecho desde una portada de un disco a la portada de una revista, o una vajilla, una cortinilla de continuidad para una televisi¨®n... Porque mantienes el c¨®digo, aunque cambies de soporte.
P. Usted ha repintado a Vel¨¢zquez. ?Hay que repintar a todos los artistas?
R. Repintar a Vel¨¢zquez deber¨ªa ser obligatorio. Lo que no tiene ning¨²n sentido es copiar por copiar, sino que tienes que aportar tu c¨®digo. Las Meninas que yo pinto ya no son de Vel¨¢zquez, sino m¨ªas, porque ya son un icono que forma parte del inconsciente colectivo y que yo he reinterpretado.
P. Para gran parte del p¨²blico siempre ser¨¢ el pintor de las vacas.
R. S¨ª, pero para otros ser¨¦ el de los retratos, el de Las Meninas, el de la publicidad... Cuando cojo un tema me gusta desarrollarlo hasta las ¨²ltimas consecuencias.
P. Fueron vacas gordas.
R. Lo fueron. Surgi¨® de una forma muy curiosa, porque iba a hacer una exposici¨®n sobre retratos y logotipos, pero cuando me enter¨¦ de que el Centro Cultural del Retiro era la vaquer¨ªa real decid¨ª hacer vacas de cart¨®n piedra. Y tuvo una repercusi¨®n impresionante en Madrid, pero aparte de vacas he hecho otras cosas.
P. Tambi¨¦n ha hecho cosas para el cine.
R. De repente la gente empez¨® a preguntarme que c¨®mo era posible que no hubiese colaborado con Pedro Almod¨®var si mi obra era muy almodovariana. Yo ten¨ªa claro que ese momento llegar¨ªa, y un d¨ªa me llam¨® El Deseo, SA, para encargarme un retrato de ?ngela Molina para Carne tr¨¦mula. Luego Almod¨®var vino a mi estudio y se llev¨® vacas y de todo. Fue una experiencia bonita. Ahora he hecho cosas para otra pel¨ªcula de otro director, pero no se puede contar todav¨ªa.
P. ?Era inevitable que se fuese a Madrid?
R. En un momento dado es bueno romper con tu entorno para seguir creciendo. Como artista necesitaba salir, y no era un paso f¨¢cil. Pero Madrid posiblemente s¨®lo sea una escala.
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