Familia numerosa
Buena foto de familia, el s¨¢bado en Helsinki, miembros y candidatos juntos. Pero pone de relieve un gran problema. Eso no era un futuro Consejo Europeo. Era una asamblea. Y a eso se va. A convertir el Consejo, de jefes de Estado y de Gobierno, y de ministros, en una especie de Senado. A eso o a una ampliaci¨®n mucho m¨¢s corta de la que refleja la foto. Helsinki ha dado dos pasos de alcance, con la lista de la ampliaci¨®n y la pol¨ªtica de defensa. Pero llenos de contradicciones o de preguntas sin respuesta, pues faltan elementos y falta calendario.Si cada delegaci¨®n, en esa Europa de 28, m¨¢s la Comisi¨®n y el se?or Pesc, quieren hablar, aunque sea cinco minutos, en las cumbres, se ir¨¢n dos horas y media en las introducciones. No es tan anecd¨®tico. La UE, con cada ampliaci¨®n, va adentr¨¢ndose en un problema que ya obsesionaba a los padres fundadores de Estados Unidos, como se refleja en los Federalist Papers de Hamilton, Madison y Jay: la cuesti¨®n del tama?o y el espacio, y su relaci¨®n con la democracia. El espacio pueden reducirlo los nuevos medios de comunicaci¨®n. Pero, ?puede ser democr¨¢tica una UE con 400 o 500 millones de habitantes o, m¨¢s bien, como parece, se agravar¨¢ su d¨¦ficit democr¨¢tico, por no hablar de una manga m¨¢s ancha respecto a los criterios democr¨¢ticos de futuros socios?
La primera contradicci¨®n de Helsinki es que se ampl¨ªe la ampliaci¨®n, valga la redundancia, anteriormente prevista, pero a la vez se mantenga una lista corta para la reforma institucional, esencialmente limitada a los comisarios, y al reparto de los votos. Es lo que deseaba Aznar, m¨¢s celoso de preservar posciones que de construir otras nuevas. Oficialmente se dice que es mejor una minirreforma, pues de otro modo la dificultad de un acuerdo interno en la UE aplazar¨ªa la ampliaci¨®n. Si se va a la gran ampliaci¨®n no servir¨¢n, ni las actuales instituciones, ni muchas de las pol¨ªticas comunes, ni el marco presupuestario pensado para una ampliaci¨®n barata, como la UE pretende tambi¨¦n una pol¨ªtica de seguridad y defensa poco costosa. Prodi ten¨ªa raz¨®n al pedir una reforma amplia. Que no lo haya conseguido lleva a sospechar que hay una intenci¨®n de limitar, por un tiempo bastante indefinido, la ampliaci¨®n a los mejor preparados, que son los que m¨¢s interesan a Francia o Alemania.
Hay que tener sumo cuidado, pues en los pa¨ªses incluidos en la lista de Helsinki que no llegaran a ingresar se podr¨ªan generar enormes frustraciones, con lo que en vez de exportar estabilidad, la UE exportar¨ªa inestabilidad; tambi¨¦n a Turqu¨ªa. Por eso, una vez en este camino, no le va a quedar a la UE otro remedio que recorrerlo hasta el final, aunque el momento no sea propicio, pues se est¨¢ generando una extra?a coalici¨®n contra la ampliaci¨®n dentro de la UE y fuera de ella. El entusiasmo ha deca¨ªdo en las opiniones p¨²blicas de la Rep¨²blica Checa y otros pa¨ªses, por la tardanza, por los costes y esfuerzos de adaptaci¨®n previsibles, y porque cuando estos pa¨ªses han recuperado su libertad y su sentido de naci¨®n, se les pide que la relativicen en la supranacionalidad comunitaria. Dentro de la UE, en Austria y en otros pa¨ªses, est¨¢n creciendo las derechas extremas, alimentadas por el temor a una invasi¨®n de extranjeros, m¨¢s pobres, claro, con la incorporaci¨®n de los pa¨ªses del Este. O simplemente, como los soberanistas en Francia, porque son antieuropeos. Es decir, que se empieza a hablar m¨¢s en serio de la ampliaci¨®n cuando una parte de las opiniones p¨²blicas se est¨¢n volviendo contra ella.
Pero, de llegarse a 27 o 28 Estados miembros, ser¨¢ una Uni¨®n Europea, muy diferente de la actual en sus instituciones, y probablemente menos ambiciosa en sus pol¨ªticas. Europa se quedar¨ªa en espacio, cuando necesita tambi¨¦n ser potencia. Si la UE llega a confundirse con la Europa geogr¨¢fica, habr¨¢ que inventar otra Comunidad, u otras comunidades e integraciones, dentro de la anterior, un n¨²cleo verdaderamente integrado, en el que habr¨¢ de estar Espa?a. Para no tener que subirse al carro en marcha, como ha ocurrido antes de Helsinki, cuando Par¨ªs, Berl¨ªn y Londres ya hab¨ªan estructurado el marco de la pol¨ªtica com¨²n de defensa.
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