La Vuelta del 2000 ser¨¢ muy corta, efectista, monta?osa y pol¨¦mica
La historia del ciclismo har¨¢ un alto en la Vuelta del 2000. O al menos as¨ª lo espera Unipublic, la empresa organizadora, que ayer present¨® una ronda espa?ola tan ins¨®lita que bien merecer¨ªa el calificativo de revolucionaria. Adi¨®s al mito y a la leyenda de etapas sin fin en las que la agon¨ªa y la capacidad de sufrimiento determinaban las acciones. Vivan el salpic¨®n de puertos de monta?a y los finales en alto para cerrar etapas cortas, muy cortas. No m¨¢s de cuatro horas por d¨ªa estar¨¢n los ciclistas sobre la bicicleta. Adem¨¢s, tendr¨¢n dos d¨ªas de descanso. Son los tiempos nuevos, dicen.
Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez miraba la imponente pantalla con el gigantesco mapa de Espa?a y era como si estuviera contando con los dedos las victorias que por anticipado ve en su zurr¨®n. Xorret, el pulgar de la zurda; S¨²per Molina, y arriba el ¨ªndice; Ordino-Arcal¨ªs, y el coraz¨®n; Lagos de Covadonga, el anular; Angliru, el me?ique, y para completar, Abantos, el me?¨ªque de la derecha. "Me encanta", dec¨ªa como relami¨¦ndose los dedos el ciclista espa?ol al que mejor le cuadran los adjetivos que mejor pueden definir la Vuelta del 2000: efectista, monta?oso y pol¨¦mico. "Pero bueno, que no se emociones", soplaba al lado su director, Eusebio Unzue. "Hay 90 kil¨®metros contrarreloj y m¨¢s le vale al Chava pensar en ir ganando etapas". Jim¨¦nez, el escalador espectacular por antonomasia ya conoce la victoria en un par de finales de la pr¨®xima Vuelta: Xorret (en 1998) y Angliru (1999).Olano, el ¨²ltimo espa?ol que ha ganado la Vuelta (1998) no estaba, evidentemente, tan emocionado como su excompa?ero de equipo. "No me gusta nada", dijo tajante el l¨ªder del ONCE. "Est¨¢ hecha pensando en el espect¨¢culo televisivo. Muchas llegadas explosivas y contrarrelojs llenas de repechos". Manolo Saiz, su director, intentaba templar los ¨¢nimos. "Claro que la puede ganar Abraham", dec¨ªa el t¨¦cnico del ONCE. "No me disgusta en absoluto"
La Vuelta del 2000 ha enfrentado, antes de disputarse, a las dos Espa?as del ciclismo. Y, si apuran un poco, ha a?adido datos pr¨¢cticos para el gran debate te¨®rico del mundo de las dos ruedas. ?Pel¨ªculas profundas o v¨ªdeoclips? Quitemos los tiempos muertos y qued¨¦monos con la esencia del ciclismo, dicen los publicitas de la ronda espa?ola. Ninguna etapa llegar¨¢ en el 2000 a los 190 kil¨®metros; el recorrido total no alcanzar¨¢ los 3.000 kil¨®metros, unos 700 menos que en los ¨²ltimos a?os; como media cada una de las 21 etapas (desde la primera, el s¨¢bado 26 de agosto, en M¨¢laga, hasta la ¨²ltima, el 17 de septiembre en Madrid, las dos contrarreloj), medir¨¢ 139 kil¨®metros. "Una hora m¨¢s de sue?o para los corredores", a?aden los directores. Y dos d¨ªas de descanso, colocados juntitos a mitad de recorrido. Mi¨¦rcoles y viernes.
"No s¨¦, no s¨¦", meditaba Escart¨ªn, el s¨ªmbolo del ciclismo como arte agon¨ªstico. "Podr¨ªan haber puesto seguidas las dos etapas de monta?a asturiana, Lagos y Angliru. Y haber puesto m¨¢s monta?a antes de las llegadas. Y, sobre todo, echo de menos, una s¨²per etapa de monta?a".
Ajenos a sus preocupaciones los directores de Armstrong, Johan Bruyneel, y Ullrich, Walter Godefroot, charlaban animados. Ven¨ªan a decir, los dos, algo as¨ª como: c¨®mo van a poner algo m¨¢s duro en septiembre, teniendo en cuenta que ya es muy tarde en la temporada y que todav¨ªa quedan despu¨¦s los Juegos y el Mundial; a Armstrong y a Ullrich les viene muy bien esto, etapas cortas y trabajo el justo. Seguro que estar¨¢n aqu¨ª. Y as¨ª.
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