El antiguo poeta de Ceausescu lidera hoy un partido filonazi
Durante el ¨²ltimo congreso de los comunistas rumanos, en noviembre de 1989, un poeta de atrezzo angelical amenizaba las tardes de televisi¨®n con sus poemas a Nicolae Ceausescu. Sobre un decorado azul celeste, Vadim Tudor glosaba las glorias del Tit¨¢n de los Titanes, Pr¨ªncipe de los C¨¢rpatos, Gran Sabio del Comunismo, su jefe, Nicolae Ceausescu, que en aquel congreso aprob¨® pretenciosamente las l¨ªneas maestras del Gobierno rumano hasta el 2015.Aquel bardo de la corte dictatorial, juglar mediocre y fatuo orador, es hoy el l¨ªder de una especie de nacional-socialismo cuyo discurso imita a Hitler mucho mejor que sus poemas a Shakespeare. El Partido Romania Mare (de la Gran Ruman¨ªa) ha llegado a contar con un 20% de la intenci¨®n de voto durante la ¨²ltima revuelta de los mineros afectados por los cierres masivos de cuencas de carb¨®n. Aunque despu¨¦s ha disminuido en las encuestas, su liderazgo se presenta como un punto negro en la inestable Ruman¨ªa de hoy. Detr¨¢s de esa marcha minera estaba Vadim Tudor, el hombre conocido por sus discursos de defensa de los guetos para las minor¨ªa h¨²ngara (9% de la poblaci¨®n) y gitana (2%) de Ruman¨ªa.
Villa cl¨¢sica
Vadim Tudor recibe a EL PA?S en su casa, una de las pocas villas cl¨¢sicas supervivientes de ese Bucarest (un d¨ªa llamado Petit Par¨ªs) que Ceausescu asol¨® para construir sus moles. Sus baldas est¨¢n repletas de incunables, manuscritos antiguos, iconos centenarios y una vasta colecci¨®n de biblias editadas en todos los rincones del mundo. "Yo nunca conoc¨ª a Ceausescu", asegura ahora. "Esto lo consegu¨ª con mi sueldo". "Yo devolv¨ª a Ceausescu por carta mi carn¨¦ de comunista seis meses antes de la revoluci¨®n".
En realidad, el barniz con la que intenta cubrir su pasado es s¨®lo una an¨¦cdota comparado con la ideolog¨ªa que amuebla su cerebro: Ceausescu, patria y Dios, juntos en un mismo pedestal ¨²nico, seg¨²n va desgranando en la entrevista. Tambi¨¦n ah¨ª cabe la orientaci¨®n hacia Europa ("pero no la de Blair, que bombardea a ni?os en Yugoslavia, sino la de Mozart o Bethoven").
Su ¨¦xito tiene una explicaci¨®n, aparte de la ruina econ¨®mica en la que se encuentran sus seguidores, nost¨¢lgicos del comunismo. Se trata del odio a Rusia, mayor a¨²n que su distanciamiento de Occidente. S¨®lo as¨ª se entiende ese gran ascenso de la mezcla Patria-Ceausescu-Dios. En ese ambiente de nostalgia, los seguidores de Ceausescu a¨²n acuden a comprar sus recuerdos en la subasta de sus bienes. Ah¨ª se puede elegir a¨²n, por 700 pesetas, entre los calcetines o los pa?uelos moqueros del difunto conducator.
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