El Reina Sof¨ªa expone el impacto del surrealismo en Nueva York
El museo analiza el efecto de los artistas exiliados en EEUU
La transformaci¨®n que se produjo entre los j¨®venes artistas neoyorquinos ante el impacto de la llegada de los surrealistas europeos es un episiodio apasionante pero poco conocido de la historia del arte moderno. "La cr¨ªtica norteamericana siempre lo neg¨® y ocult¨®", se?ala Josefina Alix, comisaria de la exposici¨®n Surrealistas en el exilio y los inicios de la escuela de Nueva York, que re¨²ne en el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid m¨¢s de 200 obras de Pollock, Duchamp, Ernst, Paelen, Matta, Gorky, Noguchi y Motherwell, entre otros.
Las m¨¢s de doscientas obras expuestas en Madrid provienen de 34 museos y fundaciones europeos y americanos, 18 galer¨ªas y 31 colecciones privadas. Se trata por ello, y seg¨²n explica el director del Reina Sof¨ªa, Jos¨¦ Guirao, de una de las exposiciones m¨¢s complicadas que ha albergado este museo nacional en los ¨²ltimos a?os.La densa muestra, que permanecer¨¢ abierta hasta febrero de 2000, pretende dar a conocer la interrrelaci¨®n que entre 1939 y 1945 se estableci¨® entre los artistas refugiados europeos que huyeron de la II Guerra Mundial y los j¨®venes creadores neoyorquinos que les recibieron al otro lado del atl¨¢ntico. La influencia de dos galer¨ªas (la de Julien Levy y la de Peggy Guggenheim) y el tercer v¨¦rtice que se produjo con los surrealistas que tambi¨¦n viajaron a M¨¦xico (un pa¨ªs particularmente ideal para el estado mental surrealista) y cuyo efecto rebot¨® en Nueva York.
De Yves Tanguy, a Andr¨¦ Masson, Max Ernst, Wolfgan Paalen, Kurt Seligmann, Leonora Carrington y Duchamp a Alexander Calder, Arshile Gorky, Lee Krasner, Gerome Kamrowski, Robert Motherwell, Isamu Noguchi, Jackson Pollock, Mark Rothko, Meyer Schapiro y David Smith. "El encuentro entre ambos es un episodio del arte poco conocido y sujeto a pol¨¦mica. La cr¨ªtica norteamericana ocult¨® la influencia de los surrealistas sobre los americanos y su influencia decisiva en el estallido posterior del expresionismo abstracto", se?ala Josefina Alix, comisaria, junto a Marticia Sawn, de esta exposici¨®n, que refleja c¨®mo la incertidumbre y el rechazo de los americanos al realismo social y al regionalismo de los a?os treinta les hizo encontrar en los surrealistas "la licencia para la libre experimentaci¨®n".
La tela de ara?a
La exposici¨®n de Madrid arranca con una recreaci¨®n de la tela de ara?a de Duchamp. El artista, poco tienpo despu¨¦s de llegar a Nueva York, coloc¨® ocho kil¨®metros de cordel para disfrazar el decorado se?orial y decadente de una mansi¨®n de Manhattan. Su gigantesca tela de ara?a enredada entre aquel decorado polvoriento tuvo un efecto radical. La primera sala recoge el efecto devastador del nazismo en los artistas europeos y c¨®mo su pintura se oscureci¨® y deprimi¨®. El planeta deprimido, de Ernst, o En la torre del sue?o, de Masson, son algunos de los ejemplos expuestos. "Es el contacto con los j¨®venes norteamericanos lo que les revitaliza", explica Josefina Alix, "la influencia siempre fue mutua, y de ah¨ª su riqueza".
Pero, de los pintores que recorren Surrealistas en el exilio y la escuela de Nueva York, dos son los llamados "grandes ausentes". La influencia de Mir¨® y Picasso (que nunca se integr¨® de modo declarado en el grupo surrealista a pesar de los reiterados esfuerzos de Breton) fue decisiva. "Quiz¨¢ Picasso no viv¨ªa en Nueva York, pero el Guernica, s¨ª", afirma Josefina Alix. Por ello se exponen los trabajos de Pollock a partir del Guernica o El circo, de Mir¨®, entre otros, y el contudente Sue?o y mentira de Franco, de Picasso. De los surrealistas, y de los dos artistas espa?oles, dijo el pintor del dripping en una entrevista en 1944: "Me impresiona especialmente el concepto de buscar el origen del arte en el inconsciente. Esta idea me interesa m¨¢s que los pintores por s¨ª mismos, ya que los dos artistas que m¨¢s admiro, Picasso y Mir¨®, siguen en el extranjero".
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