El nacimiento del Mes¨ªas
Las recientes investigaciones sobre el juda¨ªsmo de la ¨¦poca de Jes¨²s, y muy especialmente las llevadas a cabo en torno al Nuevo Testamento, han hecho importantes aportaciones de cara al conocimiento del Jes¨²s hist¨®rico. Los m¨¦todos hist¨®rico-cr¨ªticos (historia de las formas, historia de la redacci¨®n) e hist¨®rico-sociol¨®gicos y antropol¨®gicos (antropolog¨ªa cultural, historia social y econ¨®mica, ciencias sociales) aplicados al estudio de la literatura cristiana primitiva han contribuido a cuestionar algunas de las tradiciones m¨¢s arraigadas en el cristianismo, ya bimilenario. Dos de ellas son la fecha y el lugar de nacimiento de Jes¨²s; la primera se encuentra en la base del calendario de Occidente; la segunda constituye uno de los motivos principales de la Navidad.Apenas contamos con documentos hist¨®ricamente fiables que nos informen sobre el nacimiento de Jes¨²s. Por una parte, los historiadores romanos y jud¨ªos no nos han dejado ninguno. Por otra, dentro de los escritos del Nuevo Testamento s¨®lo los evangelistas Mateo y Lucas hablan de ¨¦l en dos textos independientes entre s¨ª, que son conocidos como "relatos de la infancia". Ellos han alimentado la piedad cristiana popular y el imaginario colectivo de Occidente, y son una importante fuente de inspiraci¨®n de poetas, artistas y narradores. A su vez, han sido objeto de cr¨ªtica -tambi¨¦n de burla- en entornos culturales racionalistas y secularizados, ajenos al mundo de los s¨ªmbolos y los mitos. Se trata, en realidad, de dos textos pertenecientes a un g¨¦nero literario peculiar, el de los relatos de nacimiento e infancia de los grandes h¨¦roes -tanto jud¨ªos como paganos-, que poseen una gran dosis de fantas¨ªa, aparecen envueltos en m¨²ltiples motivos legendarios y nos familiarizan con el mundo de lo sobrenatural y milagroso: apariciones de ¨¢ngeles, concepci¨®n virginal, estrella que gu¨ªa la ruta de los Magos, precocidad del ni?o Jes¨²s, escenas truculentas como el asesinato de los inocentes, etc¨¦tera.
Entre ambos relatos se observan importantes divergencias, e incluso contradicciones -por ejemplo, en la informaci¨®n sobre los viajes de Mar¨ªa y Jos¨¦, en los esquemas geogr¨¢ficos, etc¨¦tera-, que ponen seriamente en cuesti¨®n su historicidad. Parece claro que los autores no pretend¨ªan narrar los hechos tal como sucedieron. Su plan literario responde a una intenci¨®n teol¨®gica bien concreta, que m¨¢s adelante explicitar¨¦. Son, adem¨¢s, textos aislados, a los que no vuelven a referirse ni los evangelios citados ni los otros dos. Tampoco la primera predicaci¨®n cristiana incorpora nada de lo descrito en ellos.
Con todo, hay algunos datos que los especialistas tienden a considerar hist¨®ricos. ?ste es el caso de la fecha del nacimiento de Jes¨²s. Mateo (2, 1) y Lucas (1, 5) coinciden en que Jes¨²s naci¨® durante el reinado de Herodes el Grande, que gobern¨® Judea, Idumea, Samaria, Galilea, Perea y otras regiones de Haur¨¢n, del a?o 37 al 4 antes de Cristo. Mateo sugiere que pudo nacer al final de dicho reinado. La fecha m¨¢s veros¨ªmil est¨¢ entre el 4 y el 6 antes de Cristo. ?sa parece ser la m¨¢s acorde con otros datos cronol¨®gicos de la vida de Jes¨²s proporcionados por los evangelios.
Sin embargo, nuestro calendario no se atiene a esas fechas. El error se debe al c¨¢lculo incorrecto realizado por el monje del siglo VI Dionisio el Exiguo, que fue quien fij¨® la divisi¨®n de la historia en dos etapas: antes de Cristo y despu¨¦s de Cristo. ?l propuso que los cristianos deb¨ªan establecer la cuenta de los a?os partiendo del nacimiento de Cristo y no desde el reinado de Diocleciano, emperador romano que hab¨ªa perseguido a los cristianos con especial severidad, como tampoco desde la fundaci¨®n de Roma (ab Urbe condita). Pero se equivoc¨® en cuatro o seis a?os a la hora de fijar la fecha de la muerte de Herodes el Grande y, en consecuencia, tambi¨¦n la del nacimiento de Jes¨²s. Si damos por buena la fecha del 6 al 4 antes de Cristo -y parece que hay que darla, porque el consenso entre los expertos es muy elevado-, el dos mil aniversario del nacimiento de Jes¨²s habr¨ªa tenido ya lugar entre el 1994 y 1996. Seg¨²n esto, el pr¨®ximo a?o 2000 habr¨ªa perdido todo el sentido simb¨®lico que se le quiere dar.
En cualquier caso, la fecha es s¨®lo aproximada. Lo que no debe de extra?ar, ya que lo mismo sucede con otros personajes relevantes de la ¨¦poca grecorromana, por ejemplo: Nerva, Trajano, Herodes Antipa, Poncio Pilato. Ahora bien, teniendo en cuenta que Jes¨²s fue, seg¨²n la certera observaci¨®n de John P. Meier, "un jud¨ªo marginal" en la historia grecorromana, esta aproximaci¨®n cronol¨®gica me parece m¨¢s que suficiente.
Mateo (2, 1) y Lucas (2, 4-7) coinciden tambi¨¦n en se?alar a Bel¨¦n como lugar del nacimiento de Jes¨²s. Sin embargo, este dato no parece hist¨®rico. Para esta valoraci¨®n me atengo al cualificado criterio del biblista cat¨®lico Raymond E. Brown, recientemente fallecido, para quien las probabilidades est¨¢n m¨¢s frecuentemente en contra de la historicidad que en favor de ella". Dicho criterio es ampliamente compartido, hoy, por los expertos.
Conviene recordar a este respecto que, fuera de los relatos de la infancia de Mateo y Lucas, Bel¨¦n no vuelve a ser citado en los evangelios ni en los Hechos de los Ap¨®stoles como lugar del nacimiento de Jes¨²s. S¨®lo en el evangelio de Juan encontramos un texto que recoge las discusiones de los jud¨ªos en torno a la procedencia del "Cristo" y muestra la desconfianza de quienes no aceptaban su origen galileo (7, 41-42). Aun dentro de su ambig¨¹edad, dicho texto viene a confirmar que Jes¨²s no era oriundo de Bel¨¦n, sino de Galilea, zona fronteriza considerada pagana (era llamada "Galilea de los gentiles") por los jud¨ªos ortodoxos e, hist¨®ricamente, ¨¢mbito de importantes movimientos revolucionarios. El lugar concreto del nacimiento de Jes¨²s parece ser el pueblo de Nazaret, perteneciente a la Baja Galilea. En numerosas ocasiones los evangelios y el libro de Hechos de los Ap¨®stoles presentan a Jes¨²s como oriundo de ese pueblo y le llaman el nazareno. Ahora bien, Nazaret no es una aldea de cuento, un pueblecito de f¨¢bula, un lugar de ensue?o donde viviera apaciblemente la "sagrada familia". Es tierra conflictiva, rebelde, donde se tejen esperanzas y sue?os de liberaci¨®n en clave de resistencia. Ah¨ª naci¨® Jes¨²s y en ese clima creci¨® y se educ¨®.
Aun cuando no debemos excluir taxativamente a Bel¨¦n como lugar de nacimiento de Jes¨²s, creo que puede afirmarse con John P. Meier, uno de los m¨¢s cualificados investigadores en torno al Jes¨²s hist¨®rico de nuestra ¨¦poca, que ese dato no debe entenderse como un acontecimiento hist¨®rico, sino como una verdad teol¨®gica en la modalidad de un relato hist¨®rico -que s¨®lo lo es en apariencia- cuya pretensi¨®n es mostrar la mesianidad y el origen dav¨ªdico de Jes¨²s. El Mes¨ªas, seg¨²n el profeta Miqueas, deb¨ªa nacer en Bel¨¦n de Jud¨¢, patria del rey David. As¨ª respond¨ªan los evangelistas a los jud¨ªos que no pod¨ªan creer en un mes¨ªas nacido en Galilea.
Es posible que el presente an¨¢lisis hist¨®rico-cr¨ªtico sobre el nacimiento de Jes¨²s no modifique ni el calendario de los actos religiosos, culturales y pol¨ªticos programados en el Occidente cristiano para el a?o 2000 ni la celebraci¨®n -religiosa y comercial- presente y futura de la Navidad. Tampoco lo pretendo. Mi intenci¨®n es mucho m¨¢s modesta. Por una parte, quiero evitar la confusi¨®n entre lo hist¨®rico, lo lengendario y lo m¨ªtico, si bien debe reconocerse su propia funci¨®n a cada uno de esos niveles. "Tambi¨¦n Prometeo era un mito" y, como tal, es portador de utop¨ªa, dec¨ªa con raz¨®n el fil¨®sofo Ernst Bloch. Por otra, deseo que no se caiga en la magia de las cifras del calendario, que tienen su funci¨®n pedag¨®gica, es verdad, pero pueden desembocar en el m¨¢s craso fatalismo negador de la libertad. Y, sobre todo, creo necesario frenar a tiempo el avance de las tendencias milenaristas que amenazan con hundir a la sociedad en el irracionalismo.
Juan-Jos¨¦ Tamayo es te¨®logo y autor de Im¨¢genes de Jes¨²s.
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