El esfuerzo adolescente por adelgazar conduce al sobrepeso
Los v¨®mitos, laxantes y otras medidas no sirven a largo plazo
Las adolescentes que hacen esfuerzos radicales por perder peso, someti¨¦ndose a dietas severas, tomando laxantes y supresores del apetito e incluso forzando el v¨®mito, presentan un mayor riesgo de ganar peso con el tiempo. ?sta es la conclusi¨®n de un nuevo estudio realizado con 692 adolescentes de varios institutos del Estado de California, en Estados Unidos, en el que se pone de manifiesto que obsesionarse con la figura no es una buena v¨ªa para prevenir la obesidad.
El estudio, dirigido por Eric Stice, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tejas en Austin, en EE UU, aparece publicado en la edici¨®n de diciembre de la revista Journal of Consulting and Clinical Psycology, que edita la Asociaci¨®n Psicol¨®gica Americana.Para realizar el estudio se seleccionaron 692 adolescentes de 14 a?os y se hizo un seguimiento durante tres a?os. Este seguimiento incluy¨® encuestas sobre sus h¨¢bitos, alimentaci¨®n y an¨¢lisis de salud, as¨ª como mediciones de peso y altura. Y tambi¨¦n, comprobaciones sobre la cantidad de comida que realmente inger¨ªan las chicas sometidas al estudio, ya que, muchas veces, la percepci¨®n psicol¨®gica de lo que se come no se corresponde con la realidad.
El resultado dej¨® claro que las chicas que hab¨ªan hecho esfuerzos radicales para no ganar peso, con dietas severas y otros m¨¦todos no saludables, ten¨ªan m¨¢s probabilidades de tener sobrepeso. El estudio revel¨® tambi¨¦n que las que hac¨ªan m¨¢s ejercicio aumentaban en mayor proporci¨®n el peso que las que no lo hac¨ªan, pero ello se debe a que el ejercicio estimula la creaci¨®n de masa ¨®sea, algo que les ser¨¢ muy beneficioso tras la menopausia para evitar la osteoporosis, y tambi¨¦n aumenta la masa muscular, por lo que, en este caso, el aumento de peso no ser¨ªa un indicador de posible obesidad.
En cambio, los otros procedimientos s¨ª lo fueron. Los autores dan dos posibles explicaciones: que los m¨¦todos, aunque en apariencia radical, no disminyeran efectivamente la cantidad de calor¨ªas ingeridas; y que el esfuerzo por perder peso en la adolescencia puede ser un marcador de propensi¨®n a la obesidad. Adem¨¢s de los trastornos del metabolismo que se atribuyen a las dietas dr¨¢sticas, algo que quedaba fuera del objeto de este estudio, la investigaci¨®n demostr¨® que algunas de las chicas que engordaban m¨¢s realmente com¨ªan mucho m¨¢s de lo que necesitaban, aunque no siempre eran conscientes de ello.
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