Lo que toca ahora

Por lo que se est¨¢ viendo en los dos meses y pico que van de legislatura, a Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) no le gusta ni pizca tener en el Parlament a un l¨ªder de la oposici¨®n que no hace m¨¢s que trabajar. No hay d¨ªa en que alg¨²n portavoz de CiU o alg¨²n miembro del Gobierno catal¨¢n no lance a Pasqual Maragall alguna advertencia del tipo "qui¨¦n se cree que es", "s¨®lo busca protagonismo", "quien marca el ritmo aqu¨ª no es ¨¦l", etc¨¦tera.Ayer fue el propio Jordi Pujol quien dio muestras de este disgusto. Calific¨® de "rid¨ªculo" que el ex alcalde de Barcelona insista en que ahora lo que toca es presentar cuanto antes en el Parlament el proyecto de presupuesto de la Generalitat. Y le haya indicado, adem¨¢s, las grandes l¨ªneas que a su juicio deben orientarlo.

Eso es lo m¨ªnimo que se le puede pedir al l¨ªder de la oposici¨®n. Y en cambio, al Gobierno de turno puede ped¨ªrsele alg¨²n argumento m¨¢s s¨®lido que el de la antig¨¹edad en el cargo esgrimido por Pujol para rechazar la oferta. El presidente dijo que lleva 20 a?os haciendo los presupuestos de la Generalitat y nadie sabe mejor que ¨¦l c¨®mo han de ser y c¨®mo se hacen.

La realidad es, sin embargo, que el Gobierno de Pujol est¨¢ en minor¨ªa en el Parlament. Tiene s¨®lo 56 diputados de 135 y, por lo tanto, necesita obligatoriamente el apoyo de al menos otro grupo parlamentario para sacar adelante los presupuestos del 2000. O sea que tendr¨¢ que aceptar la oferta de pacto de Maragall o la de otro.

Todo indica que el presidente pretende llegar a las elecciones legislativas del mes de marzo sin haberse dado el abrazo presupuestario con nadie, porque se supone que cualquiera de las decisiones que entonces adopte tendr¨¢ menos costes. O porque el propio resultado electoral le habr¨¢ ya marcado qui¨¦n debe ser su aliado.

Lo que Maragall le dice es que se deje de esperar a ver c¨®mo se configura el escenario poselectoral y haga lo que es su trabajo como jefe de Gobierno: los presupuestos. Que una propuesta tan sensata provoque tan desabridas reacciones s¨®lo indica que Pujol pretende seguir actuando como si no tuviera rival ni oposici¨®n. La tiene, y trabaja. Incluso puede que tenga raz¨®n.