Vuelve el trueque como sistema de intercambio sin usar el dinero
"Decir que la gente no puede invertir porque no tiene dinero es como decir que no puedes construir una casa porque no tienes metros". Bajo este principio se desarrolla la red LETS de intercambios de conocimientos y servicios de Barcelona, que funciona desde oto?o de 1997. ?sta es una red de trueque que utiliza el saber como moneda de cambio. Como si fuera un banco que no mueve dinero sino que canjea habilidades de modo gratuito y que se inspira en la ayuda mutua. El intercambio se paga en vats, una unidad simb¨®lica que marca el valor dentro del sistema. As¨ª se accede a un mercado en el que aprender c¨®mo se maneja un programa inform¨¢tico se permuta por la reparaci¨®n del autom¨®vil. Otros ejemplos de intercambio podr¨ªan ser los de pintar un piso a cambio del alojamiento en una casa de monta?a, pasear al perro por la monta?a, ense?ar la elaboraci¨®n de los platos t¨ªpicos de la cocina francesa, una clase de ingl¨¦s o un curso de maquillaje. Casi todo es aceptado por los usuarios de esta nueva red.
"Nosotros proponemos una alternativa al consumo. Se trata de facilitar las cosas. No pretendemos vivir sin dinero, porque no somos unos ilusos y sabemos que es necesario", explica Isabel L¨®pez, una de las promotoras del proyecto.
El funcionamiento es muy sencillo: cada uno ofrece lo que puede y quiere hacer. Y quien lo desea, lo compra. La red funciona como una especie de banco de trueques. Eso s¨ª, un banco sin capital y sin intereses, en el que se negocian las ofertas y las demandas de servicios. Cada cliente dispone de una cuenta en vats y contabiliza la operaci¨®n en una hoja de registro. La persona que presta un servicio o cede un bien suma el valor que se ha pactado. En el caso de que alguno reciba beneficios, lo resta.
Se establece un precio orientativo de canjeo que se corresponde a 1.000 vats la hora. La red mantiene un registro general e interviene ¨²nicamente en el caso de que un miembro adquiera un gran endeudamiento. Hasta ahora, nadie se ha visto obligado a salir de la red por sus n¨²meros rojos.
A cada cual seg¨²n su necesidad y de cada cual seg¨²n su capacidad es el lema que rige la actuaci¨®n de Manolo Gallardo, el socio n¨²mero 17, uno de los primeros en apuntarse a este original proyecto. Manolo es conocido como el manitas de oro, pues igual arregla un coche como repara una lavadora. Es un tesoro escaso y eso se nota en su balance de vats, en el que se acumulan una treintena de servicios prestados. "Los que he recibido son menos, pero a m¨ª me da igual: siempre he preferido dar que recibir. Y, desde luego, lo mejor es compartir", subraya.
La organizaci¨®n debe su nombre a las siglas inglesas LETS (Local Exchange and Trading System). La traducci¨®n m¨¢s aproximada ser¨ªa la de un sistema de intercambio y comercio a escala limitada. El invento que el canadiense Michael Linton puso en funcionamiento hace 17 a?os en Vancouver se ha ido extendiendo por todo el mundo y se impuls¨® en Barcelona hace 20 meses por un grupo de nueve personas.
Soluciones y amigos
En la actualidad, los miembros rondan el centenar. Una tercera parte de ellos son quienes muestran mayor actividad y realizan m¨¢s intercambios, como Mercedes Ariza, de 55 a?os, la socia n¨²mero 76. Se apunt¨® a LETS la primavera del a?o pasado. Con anterioridad, cuando viv¨ªa en Madrid, ya estaba inscrita en la red de intercambios de la capital, denominada all¨ª El Trueque. "La red te brinda la oportunidad de solucionar una necesidad dom¨¦stica sin coste alguno. Cosa que ya es muy interesante porque a veces te cobran precios abusivos, pero lo m¨¢s importante es que encuentras a gente con la que est¨¢s en sinton¨ªa", dice Mercedes.
La mayor¨ªa de los miembros viven en Barcelona. Por distritos, destacan los barrios de Ciutat Vella y Gr¨¤cia. Les siguen el Eixample, Horta-Guinard¨®, Nou Barris y Sarri¨¤. Hay quien se inscribe porque carece de medios. Pero tambi¨¦n hay quien los tiene y se registra por cuestiones ideol¨®gicas. La promotora Isabel L¨®pez argumenta que esta f¨®rmula de intercambio lleva impl¨ªcita lo siguiente: "Una cr¨ªtica al orden econ¨®mico vigente refleja una filosof¨ªa de vida com¨²n: que las relaciones personales no est¨¦n determinadas por el dinero y que ¨¦ste no marque el valor de las personas". La idea es que en el futuro las redes se organicen por municipios o barrios, dado que a mayor proximidad se supone una mayor facilidad en la prestaci¨®n de servicios. De hecho, en el distrito de Sant Mart¨ª se ha desarrollado una de las primeras redes de intercambio de base local: La Torna, nombre que bautiza la unidad de valor del sistema, equivalente a una hora de trabajo.
?ste es un primer paso hacia el caso m¨¢s paradigm¨¢tico de todas las redes de intercambio que existen en el mundo. El pionero es un peque?o pueblo irland¨¦s donde todo se paga con el trueque, desde los servicios profesionales y comerciales hasta el salario de los maestros de la escuela. Todo menos el pago de los impuestos municipales, que ha sido propuesto por el pueblo pero que el alcalde a¨²n no ha aprobado.
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