Ventaja de salida
Ni temerosos ni confiados; simplemente esperanzados. Con ese ¨¢nimo afrontan los espa?oles el a?o 2000, en un clima de optimismo en lo inmediato, seg¨²n el Bar¨®metro de Invierno realizado por Demoscopia para El PA?S. En tal ambiente se van a celebrar el 12 de marzo unas elecciones generales en las que se anticipa una alta participaci¨®n. La estimaci¨®n de voto del sondeo de Demoscopia, realizado antes de entrar abiertamente en periodo electoral, arroja una ventaja de salida para el PP de algo m¨¢s de cuatro puntos: 40,9% frente a un 36,5% para el PSOE. Los populares suben dos puntos respecto a los comicios de 1996, lo que indica que habr¨ªan recuperado parte de los electores que en los primeros meses de gobierno se alejaron de Aznar. Los socialistas limitan el da?o a un punto despu¨¦s de un azaroso cambio de liderazgo. B¨¢sicamente es una distancia similar a la registrada en las ¨²ltimas elecciones al Parlamento Europeo celebradas en junio pasado.Lo sorprendente de la fotograf¨ªa demosc¨®pica no es que el PP vaya por delante, sino que no haya sido capaz de sacar mayor provecho del optimismo pol¨ªtico y econ¨®mico que reina en la opini¨®n p¨²blica espa?ola, y de la clara ventaja en imagen de Aznar sobre Almunia (5,4 frente a 4,7). En contra del PP pueden jugar varios factores, como el esc¨¢ndalo de las stock options a los directivos de Telef¨®nica, una responsabilidad que la opini¨®n p¨²blica atribuye de forma abrumadora no s¨®lo al presidente de la compa?¨ªa, sino tambi¨¦n al Gobierno.
Lo que augura esta fotograf¨ªa -un sondeo no es, en el mejor de los casos, m¨¢s que una instant¨¢nea- es que, gane quien gane las elecciones, es muy improbable que ninguno de los dos grandes partidos logre alcanzar una mayor¨ªa absoluta. El PP aspira a una mayor¨ªa confortable, es decir, a tener una menor dependencia del apoyo de Pujol.
Est¨¢ por ver c¨®mo influye el discurso de confrontaci¨®n del PP frente al PNV. En este panorama de optimismo general, la cuesti¨®n vasca, tras la ruptura de la tregua por parte de ETA, es el mayor punto negro para los ciudadanos, que tanto en el Pa¨ªs Vasco como en el resto de Espa?a creen mayoritariamente que se aleja la soluci¨®n definitiva del problema, a la vez que se reduce el apoyo a las opciones nacionalistas. A m¨¢s largo plazo, sin embargo, un 53% de los entrevistados piensa que Espa?a lograr¨¢ resolver el problema de ETA.
En cuanto al PSOE, el suelo de votantes fieles de que dispone le da una capacidad de maniobra nada despreciable, especialmente tras una legislatura dif¨ªcil en la que ha tenido serias dificultades para ejercer su papel de oposici¨®n mientras capeaba sucesivas crisis internas: el relevo de Felipe Gonz¨¢lez en la secretar¨ªa general, la victoria de Josep Borrell en las primarias y su posterior dimisi¨®n, que dejaba finalmente como cabeza de cartel a Joaqu¨ªn Almunia. El sondeo indica que, al menos de momento, el PSOE no se ha aprovechado del declive electoral de Izquierda Unida, ya sin Anguita, pero con un electorado fiel, aunque demediado. En el fondo -y salvo elementos no considerados como una posible candidatura del GIL-, el resultado de las pr¨®ximas elecciones depender¨¢ en buena parte de lo que haga ese mill¨®n largo de electores progresistas que dudan entre votar a IU, al PSOE o abstenerse. En todo caso, como en muchas otras democracias normalizadas, la victoria electoral en Espa?a parece dependender del cambio de voto de un porcentaje bajo de electores. Las grandes convulsiones parecen haber quedado atr¨¢s.
El bar¨®metro de Demoscopia refleja que el PP parte con ventaja en la carrera hacia el 12 de marzo, pero con unos m¨¢rgenes no suficientemente amplios para tener una victoria asegurada de antemano. El PP puede perder; o el PSOE ganar. Los socialistas, sin embargo, chocan contra un muro que en estos cuatro a?os no han conseguido derribar: el de una ciudadan¨ªa convencida de que el PP va a vencer. Si el PSOE quiere ganar, antes debe convencer de que puede hacerlo.
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