Una pol¨ªtica
Do?a Mar¨ªa de las Mercedes, madre del Rey, ha sido una pol¨ªtica que supo esperar. La reina que nunca pudo ser, fue la madre que supo esperar. Do?a Mar¨ªa tuvo que vivir en medio del juego del poder y movi¨® su ficha apostando por su hijo cuando toda la raz¨®n de su causa apuntaba al padre. Ella defendi¨® su causa, pero arriesg¨® en la jugada. Lo dicen los expertos en la vida de la familia real, que se han apresurado a hablar de la tragedia de Do?a Mar¨ªa, de lo dif¨ªcil de su vida, colocada entre el padre y el hijo.S¨®lo la vi, como todos, de lejos alguna vez en el palco de la Maestranza, y cuando en cada fiesta familiar, nos la mostraba la televisi¨®n rodeada del afecto y la atenci¨®n de los suyos, especialmente atento su hijo, el Rey.
Do?a Mar¨ªa fue atenta con Sevilla, a la que frecuentaba tra¨ªda por sus afectos y aficiones. Era esa su imagen, la de una amable se?ora, disfrutando, aun con su precaria salud, de los placeres de su jubilaci¨®n. Pero antes fue una pol¨ªtica, hizo pol¨ªtica en el exilio a favor de la causa de la monarqu¨ªa, que era su causa. Acaso ella supo perfectamente a lo que se arriesgaba el d¨ªa que se decidi¨® la educaci¨®n de don Juan Carlos en la Espa?a que ella y su marido no pod¨ªan pisar y a pesar del riesgo debi¨® ver que al final de la jugada pod¨ªa estar el ¨¦xito de la partida. Dicen los expertos en la vida de la familia real que mientras el padre esperaba y el hijo se preparaba, ella, la madre, ya hab¨ªa apostado y jugaba al futuro calmando al padre y apoyando la carta del hijo.
Hizo pol¨ªtica, la hizo por su causa. Si, como dicen los expertos en la vida de la familia real espa?ola, do?a Mar¨ªa fue la pieza clave de un equilibrio casi imposible entre el padre y el hijo y mantuvo su apuesta por el hijo, vivir junto a ¨¦l los ¨²ltimos a?os como madre del Rey fue su triunfo de mujer pol¨ªtica. La madre tambi¨¦n triunf¨®, la esposa acompa?¨® y vivi¨® su destino y s¨®lo ella sabr¨¢ c¨®mo le compens¨® a su coraz¨®n la apuesta de su cabeza. En todo caso, ella, como tantas y tantos, es s¨®lo un ejemplo m¨¢s de la capacidad de lucha, cuando se tiene una causa que defender.
M? ESPERANZA S?NCHEZ
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