Se reedita en Oviedo el libro p¨®stumo de Clar¨ªn, "Siglo pasado"

Siglo pasado, la obra p¨®stuma de Leopoldo Alas Clar¨ªn en la que se recogi¨® la producci¨®n period¨ªstica del autor de La regenta en la etapa final de su vida, y que hab¨ªa sido seleccionada por ¨¦l mismo, acaba de ser reeditada por vez primera, al cabo de casi cien a?os de su aparici¨®n. Se trata de un volumen de gran importancia para el estudio de la evoluci¨®n del pensamiento del novelista. Se public¨® a los pocos meses de morir el novelista, en 1901, y en el mismo aparecen las preocupaciones religiosas en distintas etapas de su vida.

El libro pone de manifiesto que las preocupaciones filos¨®ficas y religiosas del ¨²ltimo Clar¨ªn est¨¢n ya muy lejanas del "feroz polemista anticlerical, del l¨²cido defensor de la novela naturalista y del sat¨ªrico autor de los paliques", seg¨²n Carlos Gonz¨¢lez Espina, responsable de la editorial asturiana Llibros del Pexe, que ha acometido la reedici¨®n del volumen con el apoyo de la Direcci¨®n General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia.Siglo pasado lo public¨® por vez primera, a los pocos meses de la muerte del novelista, en 1901, el editor madrile?o Antonio R. L¨®pez. Ahora, el volumen reaparece pero con a?adidos: a la edici¨®n original, realizada con "cierto apresuramiento", seg¨²n Gonz¨¢lez Espina, se le han agregado algunos art¨ªculos de la misma ¨¦poca y que, publicados por el autor en revistas como Madrid c¨®mico, La Ilustraci¨®n Ib¨¦rica y Miscel¨¢nea, manifiestan id¨¦nticas inquietudes del autor.

Vidas de santos

El profesor, cr¨ªtico y poeta Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Mart¨ªn, responsable de la nueva edici¨®n, dice en el pr¨®logo que "en el pat¨¦tico Clar¨ªn de estos a?os finales s¨®lo de tarde en tarde aparec¨ªa alg¨²n ramalazo de su genio al dedicar buena parte de sus energ¨ªas a combatir los excesos de los j¨®venes, su inmoralidad decadente, y a cantar las excelencias del sentimiento religioso y las vidas de santos". "Es f¨¢cil comprender", a?ade, "que muchos le consideraran un ejemplo de senilidad, el caso t¨ªpico del joven revolucionario al que la vejez o la enfermedad le hacen volver los ojos a la fe de sus mayores, a la que, al menos aparentemente, tanto hab¨ªa denostado".

Aunque en su opini¨®n no cabe hablar de un Clar¨ªn radicalmente diferente porque en realidad Leopoldo Alas "siempre tuvo inquietudes religiosas", ¨¦stas "se fueron acentuando a partir de 1890", de modo que "el br¨ªo con que un joven Leopoldo Alas hizo famosos en toda Espa?a sus vibrantes Solos de Clar¨ªn, se ha trocado, veinte a?os despu¨¦s, en la fatigada melopea, que a algunos les debi¨® sonar a monserga m¨ªstica, de siglo pasado".