Un prodigio bien atendido

El ajedrez, la m¨²sica y las matem¨¢ticas son las actividades humanas que producen m¨¢s ni?os prodigio. Pero muchos de los que sobresalen en el deporte mental dejan de hacerlo tras la adolescencia. No es el caso de Paco Vallejo, cuyos ¨¦xitos en el torneo de Pamplona, a los 17 a?os, son los m¨¢s impresionantes de su carrera y el fruto de un progreso largo y bien trabajado.Sus padres han pagado el precio humano, pero est¨¢n contentos en Menorca: "Lo ¨²nico malo es que s¨®lo le vemos de vez en cuando. Pero ha tenido mucha suerte, es un privilegiado". La separaci¨®n f¨ªsica de su hijo comenz¨® en 1993, cuando el colegio Marcote de Mondariz (Galicia) concedi¨® a Vallejo una beca y un plan de estudios especial, que le permite dedicarse al ajedrez por las tardes junto a su entrenador, Zen¨®n Franco, y viajar para disputar torneos. ?l tambi¨¦n est¨¢ satisfecho: "Me he adaptado bien a esa vida tan peculiar. Recupero con bastante facilidad las clases que pierdo. Ahora voy a concentrarme seis meses en terminar el COU y me convertir¨¦ en ajedrecista profesional. Paralelamente, intentar¨¦ hacer la carrera de Educaci¨®n F¨ªsica. Hab¨ªa pensado en la de Inform¨¢tica, pero creo que no funcionar¨ªa porque es casi tan absorbente como el ajedrez". Su preparaci¨®n se complementa con f¨²tbol, baloncesto (mide unos dos metros) y tenis de mesa.

Ahora est¨¢ entre los cinco mejores sub18 del mundo. De sus once participaciones en los Mundiales infantiles y juveniles (desde sub10 hasta sub20) ha terminado nueve veces entre los diez primeros, incluyendo dos medallas de plata. Fue el segundo en el grupo de aficionados del Open de Nueva York cuando ten¨ªa 9 a?os, y subcampe¨®n de Espa?a absoluto en 1998, a los 16. Aunque todav¨ªa no ha logrado rendir a tope en los momentos de m¨¢xima tensi¨®n -su principal punto d¨¦bil-, ese palmar¨¦s justifica la decisi¨®n de ser profesional: "Es importante que logre un patrocinador. Pero lo esencial es que amo el ajedrez como cuando era un ni?o".