Ingl¨¦s entre "rapados" y cucarachas
Decenas de estudiantes valencianos se dejaron seducir en los ¨²ltimos veranos por un se?uelo tentador: por unas 40.000 pesetas, la organizaci¨®n se compromet¨ªa a buscarles alojamiento y trabajo en Londres, aparte de gestionarles un sinf¨ªn de servicios (seguro m¨¦dico, tramitaci¨®n de billetes de avi¨®n, ayuda ling¨¹¨ªstica, b¨²squeda de abogados, asesoramiento para obtener becas...). Unas ventajas que muchos de estos estudiantes jam¨¢s disfrutaron, seg¨²n las numerosas quejas recibidas en la Embajada de Espa?a en Londres. Los relatos de varios estudiantes valencianos afectados est¨¢n plagados de cabezas rapadas italianos borrachos y autoritarios, casonas destartaladas con cucarachas y ratones, dormitorios improvisados en aulas y gimnasios, y ning¨²n empleo a la vista.
El entramado de edificios de hospedaje, agencias de colocaci¨®n y academias de idiomas pertenece a Roberto Fiore y Massimo Morsello, los dos neofascistas italianos que han comprado una buena parte de la aldea abandonada de Los Pedriches, situada a 92 kil¨®metros de Valencia, para instalar una comuna del grupo neonazi brit¨¢nico International Third Position, que lucha contra los inmigrantes, homosexuales y jud¨ªos.
Fiore y Morsello, ambos de 40 a?os, pertenec¨ªan al grupo terrorista Nucleo Armado Revolucionario, que protagoniz¨® el atentado en la estaci¨®n ferroviaria de Bolonia en 1980 en el que murieron 85 personas. Los due?os de Los Pedriches llegaron a Londres huyendo de la justicia italiana, que les ha condenado en rebeld¨ªa. Tras eludir la peticiones de extradici¨®n se han convertido en potentados con sus centenares de apartamentos para estudiantes.
Dos de sus clientes valencianas, Isabel y Ana (nombres ficticios para proteger su identidad), recuerdan como una "pesadilla" su estancia londinense en el verano de 1998. Isabel, estudiante de Filolog¨ªa Inglesa de 21 a?os, y Ana, que tiene un a?o menos y cursa estudios de Filosof¨ªa, se sintieron atra¨ªdas por un anuncio que leyeron en la prensa. Cuando acudieron a la oficina de la agencia Easy London -una de las empresas intermediarias que ofrece los servicios inmobiliarios y laborales de Fiore y Morsello- en la calle de Gandia, en Valencia, se convencieron de que hab¨ªan encontrado una ganga: les ped¨ªan 25.000 pesetas para reservarles alojamiento en el centro de Londres y otras 15.000 que daban derecho a la propuesta de empleo para financiarse la estancia y el resto de servicios ya enunciados.
Pero el desenga?o lleg¨® nada m¨¢s aterrizar. Nadie fue a recogerlas como estaba acordado. Cargadas de maletas y empapadas por la lluvia llegaron a medianoche a la residencia Dover House, "una casa ruinosa del siglo pasado". "Hab¨ªa muchos italianos armando alboroto y gritando", recuerda Isabel. A ella la instalaron con una decena de chicas en un gimnasio con literas, y a su amiga la enviaron a un aula de idiomas amueblada con jergones. Estaban tan asustadas que durmieron juntas en un colch¨®n del aula.
"Por la ma?ana entr¨® un italiano y sorprendi¨® a algunas en ropa interior; ven¨ªa a echarnos porque ten¨ªan que colocar los pupitres para dar clase", comenta Isabel, indignada. Les horroriz¨® ver c¨®mo arrojaban sus colchones y s¨¢banas a un s¨®tano hediondo. Pero a¨²n les faltaba ver los ratones de la cocina y las duchas, donde el agua sal¨ªa de un agujero de la pared y sobre los listones de madera del suelo paseaban cucarachas rojas. Aunque lo que m¨¢s les intimid¨® fue la presencia de cabezas rapadas italianos, ataviados con correajes y botas militares, a los que sobornaban con alcohol para que las dejaran tranquilas. Recuerdan la cruz gamada en el logotipo de la oficina central de la agencia Meeting Point.
Una semana despu¨¦s tuvieron que pedir dinero a sus familias porque las promesas de trabajo no iban m¨¢s all¨¢ de darles un listado hoteles y restaurantes "que no ofrec¨ªan trabajo".
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