Los aliados de Pinochet se presentan hoy ante las urnas como la opci¨®n de futuro Ricardo Lagos conf¨ªa en movilizar a abstencionistas y comunistas para lograr el Gobierno

Los aliados pol¨ªticos tradicionales del general Augusto Pinochet tienen hoy serias posibilidades de recuperar el Gobierno de Chile bajo una nueva y exitosa imagen de moderaci¨®n y cambio. El candidato de la alianza de la derecha, Joaqu¨ªn Lav¨ªn, de 46 a?os, miembro activo del Opus Dei y ex alcalde del distrito m¨¢s rico de Santiago, ha sabido, en una excelente campa?a, atraerse el respaldo de una clase media apol¨ªtica que le ve como garant¨ªa del ¨¦xito econ¨®mico, de algunos sectores populares cautivados por la sencillez de su mensaje y, por supuesto, de las clases altas.

Frente a eso, el candidato de la coalici¨®n gubernamental de centroizquierda, Ricardo Lagos, tiene que movilizar para ganar todo el voto del miedo al regreso al pasado. Cualquiera que sea el resultado final, Joaqu¨ªn Lav¨ªn ha sido, sin duda, el gran protagonista de esta campa?a. Ha sido el primer pol¨ªtico de la derecha que ha superado la votaci¨®n de Pinochet en el refer¨¦ndum de 1988, el primero que ha conseguido presentar a los herederos del r¨¦gimen militar como una opci¨®n v¨¢lida de gobierno y el primero tambi¨¦n que ha hecho promesas cre¨ªbles de ruptura con su pasado reaccionario.Con una combinaci¨®n de carisma personal y gran trabajo de marketing, Lav¨ªn se ha apoderado a los ojos de muchos chilenos de la idea del cambio y de la modernizaci¨®n. Ha repetido insistentemente que no tiene color pol¨ªtico, que su prop¨®sito es hacer un Gobierno con los mejores, sin considerar sus lealtades partidistas y con la vista puesta ¨²nicamente en el futuro. Con esos argumentos, ampliamente difundidos por una maquinaria de propaganda m¨¢s poderosa que la de su contrincante, Lav¨ªn ha conseguido reducir a Lagos, de 61 a?os, a la imagen del pasado, de la pol¨ªtica tradicional, de las viejas dependencias partidistas.

Lagos se ha zafado un poco de esa caricatura en la campa?a de la segunda vuelta, pero seguramente no lo suficiente como para ganar votos entre los chilenos que le dieron la espalda en la primera vuelta, el 12 de diciembre. El nuevo caudal de votos para que el candidato socialista gane hoy las elecciones tendr¨¢ que llegar de aquellos que se abstuvieron o votaron por otras formaciones de izquierda hace un mes.

En estricto c¨¢lculo electoral, esos votos pueden ser suficientes para darle la victoria a Lagos, que tuvo 30.000 votos m¨¢s que su rival en la primera vuelta. Ser¨ªa suficiente, quiz¨¢s, con que la mitad de los votantes del Partido Comunista en la primera vuelta -cerca de 250.000- acudieran hoy a las urnas para que el candidato de la Concertaci¨®n fuera elegido presidente.

Abstenci¨®n

Pero los analistas de la derecha hacen su propio c¨¢lculo con un resultado distinto. Ellos entienden que la primera vuelta revel¨® a Lav¨ªn como un fen¨®meno pol¨ªtico extraordinario, y que ese fen¨®meno conseguir¨¢ atraer ahora a una gran parte de abstencionistas, a pesar de que en Chile el voto es obligatorio, que no confiaban realmente en sus posibilidades de victoria el mes pasado, pero que s¨ª huelen el triunfo hoy.

Los estrategas de una y otra candidatura dicen no atribuirle mayor relevancia al efecto electoral del anuncio sobre la pr¨®xima liberaci¨®n de Pinochet. Una encuesta publicada ayer por la revista Qu¨¦ Pasa revela que casi un 40% cree que la decisi¨®n del ministro del Interior brit¨¢nico, Jack Straw, tendr¨¢ consecuencias en las urnas, aunque un 98% declara que no piensa cambiar su voto por esa noticia. En esa encuesta, sin embargo, los que piensan que la liberaci¨®n de Pinochet es un ¨¦xito del Gobierno superan ligeramente a los que estiman que el m¨¦rito le corresponde a los abogados del general.

Lo m¨¢s probable, en todo caso, es que cualquiera que gane hoy lo haga con una diferencia m¨ªnima de votos. Tan m¨ªnima -y ¨¦ste es el peor escenario imaginable- que los votos impugnados sean superiores a la diferencia obtenida por el candidato m¨¢s votado, y que, por tanto, haya que esperar a la decisi¨®n del tribunal electoral para conocer el nombre del pr¨®ximo presidente de Chile.

El Gobierno tiene previsto anunciar los primeros resultados, con un 10% de votos escrutados, alrededor de las siete de la tarde -once de la noche en Espa?a-, pero es probable que esos datos no sirvan todav¨ªa para vislumbrar un ganador. Bastar¨ªa con que se repitiese el caso de la primera vuelta, en la que no pudieron ser contabilizados instant¨¢neamente unos 40.000 votos por errores menores en el proceso de recuento, para que el resultado final tardase varias horas en ser dado a conocer. Chile tiene, no obstante, experiencia en elecciones ajustadas. Treinta mil votos fue la ventaja obtenida por Salvador Allende para ser presidente, y ¨¦sa fue tambi¨¦n la distancia por la que el propio Allende hab¨ªa sido derrotado anteriormente por Alessandri.