Sant Antoni del Porquet
En cada cuadra, un altar; un retablo en cada corral. En los inefables taulellets aparec¨ªa rodeado de fabulosos animales fant¨¢sticos, sin duda simbolizando angelicales top models tan tentadoras, enviadas por el maligno para atacarle donde m¨¢s le dol¨ªa. Las quimeras variaban, pero el cayado, la campana, el gallo, el cerdo y la divina letran tau eran constantes. El bast¨®n lo han llevado pastores iniciados -abat, como padre del monaquismo solitario de la Tebaida-, emblema f¨¢lico -se sembraba con ellos y hay danzas de fecundidad con palos-, se?al de autoridad, desde varas municipales a b¨¢culos episcopales.Las campanas -de v¨ªrgenes negras- han alejado los malos esp¨ªritus y en el natal Egipto de Antoni -un pas de dimoni da el Sol-, eran atributo de Isis y de Osiris, el marido-hermano de su diosa-madre Isis; en Grecia, de Priapo, el del viril garrote, el fecundador; el devorador Baco pose¨ªa las romanas. El gallo de los dioses solares y fertilizadores. El cerdo encarna lujuria demon¨ªaca y b¨¢quica; hoy se salta en Forcall sobre odres de vino, els botets, como en la fiesta de Dionisos.
La libertad es anar m¨¦s solt que el porquet de sant Antoni, que ni menja ni beu i est¨¤ grosset y el casarse con un/a feo/a se disculpa con un sant Antoni s"enamor¨¤ d"un porc, a pesar de que a les velles fa carasses i a les joves fa l"ullet, un porquet que ni menja ni beu i esta grosset. Son sus avales como protector de bestias tant de p¨¨l com de ploma, en un mundo en el que matxo era un tractor y un mercedes a la vez. De ah¨ª la necesidad de un abogado contra las pestes de los animales, aunque diezmaran a los humanos, un protector de cosechas -sant Antoni nevater ompli el graner-, gu¨ªa del prodigioso viaje a nuestras m¨¢s hondas ra¨ªces que es su fiesta, un manifiesto gozoso del pueblo del Pa¨ªs Valenciano.
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