Llid¨® y la extradici¨®n de Pinochet
"El gobierno brit¨¢nico negar¨¢ la extradici¨®n de Pinochet a Espa?a porque considera que el estado de salud del ex dictador chileno no le permite ser juzgado". Meses felicit¨¢ndonos por el proceso judicial iniciado contra el genocida chileno y en una semana se han desembarazado de tan inc¨®modo inquilino.Las democracias occidentales, contra la opini¨®n de sus ciudadanos, se deshacen de un problema que pone en peligro grandes intereses econ¨®micos. Ni a los laboristas brit¨¢nicos ni a los populares espa?oles les interesa juzgar al genocida y torturador Pinochet. Pero no contentos con liberar a un asesino, se r¨ªen de las v¨ªctimas aduciendo motivos humanitarios. ?De qu¨¦ razones humanitarias nos hablan? La dictatura de Pinochet no tuvo en cuenta las razones humanitarias de sus v¨ªctimas o de los familiares de los m¨¢s de 3.000 detenidos, desaparecidos y ejecutados pol¨ªticos que dej¨® su r¨¦gimen.
Estamos acostumbrados a ver las cuestiones internacionales como lejanas. Nos cubrimos de una piel extremadamente gruesa ante tantos horrores que la televisi¨®n nos muestra a diario. Pero esta injusticia nos afecta muy de cerca. Entre los casos por los que el juez Garz¨®n ha pedido la extradici¨®n de Pinochet, y que quedan impunes por la decisi¨®n del gobierno brit¨¢nico, est¨¢ la del cura de X¨¤bia, Antoni Llid¨® Mengual, que se aline¨® con los pobres chilenos y colabor¨® con el Moviment d"Esquerra Revolucion¨¤ria.
Antoni Llid¨® fue a Chile en 1969 al municipio de Quillota, un suburbio miserable de Valpara¨ªso. Su acci¨®n estuvo vinculada a los sectores marginados de la sociedad chilena y coincidi¨® con el gobierno de Unidad Popular del presidente Salvador Allende. ?ste fue el pecado que provoc¨® su tortura y desaparici¨®n. El obispo luterano alem¨¢n Helmut Frenz fue testimonio directo de unas palabras muy esclarecedoras del mismo dictador Pinochet. Frenz declar¨® ante el juez Garc¨ªa-Castell¨®n que, durante una entrevista personal, Pinochet le respondi¨® que el padre Llid¨® "no es un sacerdote, es un marxista". El religioso afirma que "diferentes testimonios declararon que Antoni Llid¨® fue visto por ¨²ltima vez en el campo de concentraci¨®n de Cuatro ?lamos el 11 de octubre de 1974, donde lleg¨® desde un centro de detenci¨®n de la DINA, en el que fue torturado con descargas el¨¦ctricas y de otros m¨¦todos".
El capell¨¢n de X¨¤bia, que desarroll¨® su actividad en Espa?a en los pueblos de Balones y Quatretondeta (El Comtat) pag¨® su compromiso por la liberaci¨®n de los pobres con la prisi¨®n y la tortura. Llid¨®, en la ¨²ltima carta que envi¨® a la familia sentenci¨®: "No quiero ponerme dram¨¢tico, pero alguna vez hay que decirlo. Si algo malo me ocurre quiero que tengan claro que mi compromiso con esto que hago ha sido libremente contra¨ªdo, con la alegr¨ªa de saber que esto es exactamente lo que me corresponde hacer en estos momentos".
La liberaci¨®n del genocida chileno es un error que hace mucho da?o a los derechos humanos por dos razones b¨¢sicas: porque es una obligaci¨®n aclarar la desaparici¨®n de miles de personas que fueron torturadas y asesinadas por el simple hecho de pensar y porque hemos de ir ordenando la conciencia colectiva de los pueblos y hombres del futuro, para que no vuelva nunca m¨¢s el pasado y puedan cumplirse las ¨²ltimas palabras dirigidas a Chile por Salvador Allende.- .
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