Bromas pesadas y nerviosismo

"No me hace ninguna gracia". Con estas palabras reaccion¨® ayer la secretaria general de la CDU, Angela Merkel, al enterarse de que el fax en el que Helmut Kohl se declaraba supuestamente dispuesto a declarar los nombres de los donantes an¨®nimos no era m¨¢s que una falsificaci¨®n.El fax se recibi¨® por la tarde en las agencias de prensa internacionales y fue desmentido inmediatamente por el ex canciller, quien sigue persistiendo en su postura de no revelar los nombres de los mecenas que le entregaron entre 1,5 millones y 2 millones de marcos entre 1993 y 1998.

Por los datos de env¨ªo que aparec¨ªan en la misiva, ¨¦sta proced¨ªa del grupo parlamentario de la CDU en el Ayuntamiento de Bonn. Los responsables de aquella agrupaci¨®n, sin embargo, aseguraban no tener nada que ver con el asunto. El revuelo causado mostr¨®, no obstante, cu¨¢n a flor de piel est¨¢n los nervios de pol¨ªticos y periodistas estos d¨ªas en Alemania. "Lo sucedido muestra que cualquiera puede decir una cosa y poco despu¨¦s exactamente lo contrario", manifest¨® Annette Schavan, que es miembro del comit¨¦ ejecutivo.

La alta funcionaria exhort¨® al partido a mantener la lucidez y la objetividad. Ante la sede provisional de la CDU en Berl¨ªn, en la Mauerstrasse 85, se hab¨ªa concentrado una multitud de periodistas que esperaban sobre la nieve, con temperaturas bajo cero, los resultados de la velada.

La noche promet¨ªa ser larga y volver a confrontar a los dirigentes democristianos con el problema de c¨®mo proceder respecto a Kohl.

Mientras tanto, el diario Bild Zeitung inform¨® que el partido saca consecuencias financieras de los esc¨¢ndalos.

Kohl y su esposa, Hannelore, no gozan del seguro privado de accidente e invalidez por el que el partido pagaba un total de 20.000 marcos al a?o (cerca de 1.700.000 pesetas). Michael Roik, el jefe del Gabinete de Kohl, confirm¨® que el ex canciller y su esposa pagan ellos mismos el seguro a partir del pasado 1 de enero.