"Los ni?os me han ense?ado a no asombrarme por nada"
Primero fue neur¨®logo, pero termin¨® siendo un "pediatra del desarrollo", como dicen los americanos. Se considera, en cambio, "un sencillo rehabilitador". Miguel Toledo Gonz¨¢lez (Sevilla, 1934) lleva 32 a?os ocup¨¢ndose de los ni?os con par¨¢lisis cerebral; en sus archivos consta que, hasta las 12 horas de ayer, han pasado por su consulta 4.822 pacientes infantiles. Ahora dirige la unidad de esta especialidad en el Hospital Infantil Virgen del Roc¨ªo y acaba de escribir un libro curioso: Don Carlos de Austria, Pr¨ªncipe de Asturias. Historia Cl¨ªnica de una disfunci¨®n cerebral en el siglo XVI. Pregunta. ?Por qu¨¦ se meti¨® usted en este l¨ªo? No es frecuente en Espa?a que alguien se ocupe de la locura de un pr¨ªncipe.
Respuesta. La idea surgi¨® por casualidad. Simplemente quise poner mi granito de arena para celebrar el 30 aniversario del Centro de Rehabilitaci¨®n y Traumatolog¨ªa y, como soy un hombre curioso, m¨¦dico, y me gusta escribir...
P. ?Y qu¨¦ ha descubierto?
R. Pues... que, entonces, entre las monarqu¨ªas, hab¨ªa demasiada consanguinidad. Don Carlos, por ejemplo, ten¨ªa cuatro tatarabuelos cuando lo normal es que hubiera tenido 16.
P. ?Cu¨¢l es su diagn¨®stico sobre el pr¨ªncipe Carlos de Austria?
R. Que ten¨ªa una encefalopat¨ªa que le predispon¨ªa para ser un deficiente; probablemente, era m¨¢s un psic¨®tico que un retrasado mental. Adem¨¢s tuvo una conmoci¨®n cerebral en su adolescencia; tambi¨¦n las muchas enfermedades que se padec¨ªan entonces dejaban, casi siempre, secuelas. Los rasgos m¨¢s caracter¨ªsticos en don Carlos de Austria eran su conducta agresiva y su disfunci¨®n social. De hecho, su padre, Felipe II, termin¨® por mantenerlo discretamente recluido hasta que muri¨®.
P. Pero a¨²n as¨ª, el rey mantuvo, casi hasta el final, la esperanza de que su hijo le sucediera.
R. S¨ª. De hecho lleg¨® a recibir el juramento de fidelidad de las Cortes de Castilla; no as¨ª de las de Arag¨®n. Todos los esfuerzos que hac¨ªa por desplazarse hasta ellas quedaban frustrados por alguna inoportuna enfermedad.
P. En la presentaci¨®n de su libro dijo que en la Casa de Austria hab¨ªa habido notables y numerosos precedentes de locura. ?Era esto frecuente entre las familias reales europeas de la ¨¦poca?
R. ?Frecuente? Yo no dir¨ªa tanto. Pero, si observamos la Historia.... Ah¨ª est¨¢n los ejemplos de Juana la Loca, o de Enrique IV, al que llamaban impotente, y que, lo m¨¢s probable es que su problema no fuese otro que una leve deficiencia mental.
P. Volviendo al presente, ?c¨®mo resumir¨ªa su experiencia con los ni?os de estas tres d¨¦cadas?
R. Muy f¨¢cil: Ya no se discute su integraci¨®n; ahora todo el mundo entiende que es necesaria. Y en lo personal me han ense?ado a no sorprenderme por nada.
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