Desnudas, s¨®lo por la ma?ana
Aunque parezca una cosa fr¨ªvola e incluso cochinota lo de ver revistas de mujeres con todo al aire, eso es s¨®lo es aplicable al receptor. Hugh Hefner comprendi¨® a mediados de los a?os cincuenta, cuando fund¨® Playboy, por donde iba a evolucionar el sexo en las sociedades desarrolladas: un pelo de inmadurez adolescente y, sobre todo, de una direcci¨®n y de una persona. Tambi¨¦n ley¨® con acierto cu¨¢l era el sexo que m¨¢s dispuesto estaba a pagar para satisfacerse de una manera urgente y solitaria -un famoso escritor estadounidense define estas revistas como "las que se agarran con una sola mano"- y sus cuerpos de mujer desnudos sobre papel le valieron un imperio.Pero no basta con ser el primero o el m¨¢s listo para triunfar. Hefner con los a?os ha conseguido que su revista pase de ser vilipendiada a admirada y copiada, ci?¨¦ndose a un estilo elaborad¨ªsmo hasta en sus ¨²ltimos detalles. Los responsables de Playboy en Espa?a han iniciado una gira de promoci¨®n en la que uno de sus fot¨®grafos m¨¢s dotados ense?a a los aficionados a tomar instant¨¢neas con el estilo Playboy.
Ayer le toc¨® el turno a Sevilla y John Stewart mont¨® un peque?o set en una sala de un hotel. El estadounidense detall¨® toda una serie de imperativos t¨¦cnicos sobre iluminaci¨®n y material a usar. En su introducci¨®n tambi¨¦n habl¨® sobre muchos de los detalles que se exigen para hacer estas fotos aparte de la t¨¦cnica meramente fotogr¨¢fica. Por ejemplo destac¨® que los desnudos de las modelos se realizan siempre por la ma?ana.
Las modelos deben de dormir bien la noche anterior y sin nada que les oprima. La raz¨®n es que no debe de haber ni una sola marca de el¨¢stico de braga o sost¨¦n sobre la piel, el verdadero intr¨ªngulis del negocio, aunque luego se envuelva de almibarado oropel y alg¨²n que otro filtro (aunque Stewart lo negara y asegurara que s¨®lo se utiliza para ocultar lo que no quieren ense?ar las famosas que lo ense?an todo). Sorprendentemente, Stewart asegur¨® que otra de las exigencias para las modelos es que lleguen "con el pelo limpio". Cumplido todo eso, la chica llega sin una gota de maquillaje y en los camerinos se le acicala para que se quede quieta ante chirriantes focos y eternos retoques en el pelo entre disparo y disparo.
En la sesi¨®n de Sevilla, la modelo era una barcelonesa de 24 a?os y hermoso cuerpo. Pero como todo es bastante sorprendente en este mundo, Sandra Zafra, da un respingo cuando se le pregunta c¨®mo encamin¨® su carrera hacia quitarse la ropa enfrente de una c¨¢mara que, a su vez, la trasladar¨¢ a millones de personas y asegura -con voz modulada, eso s¨ª- que lo de desnudarse no le va. Tras la natural pregunta de qu¨¦ es lo que hace entonces en Playboy, asegura que lo ¨²nico que busca es que su cara se haga conocida y llegar a trabajar en televisi¨®n o algo as¨ª, pero que de desnudarse naranjas de la China. Aunque aclara -tambi¨¦n con voz modulada- que ella lo respeta todo.
Hasta que la modelo llegue a M¨¦dico de familia, las sorpresas siguen en las clases de Stewart. Cuando Sandra se quit¨® el bat¨ªn hubo hasta un amago de mot¨ªn contra los medios de comunicaci¨®n. Algunos de los cerca de 20 fot¨®grafos aficionados no quer¨ªan perderse ni un minuto de Sandra y les molestaban las c¨¢maras. Lo m¨¢s curioso es que algunos de estos aficionados aparecieron con antediluvianas c¨¢maras instamatic. Solo falt¨® una desechable de 40 duros para redondear las sorpresas en Sevilla de una empresa que ha logrado incluso que se le tolere que simbolice a la mujer con un conejo, animal elegido, adem¨¢s, por su m¨¢s conocida afici¨®n. Esa misma.
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