Los partidos franceses no tienen mujeres para cumplir con la ley de paridad
"La vida pol¨ªtica va a trasladarse a los anuncios de contactos", bromeaba ayer un diputado de la derecha despu¨¦s de que la Asamblea Nacional francesa aprobara el mi¨¦rcoles, en primera lectura, una ley destinada a establecer la paridad o igualdad entre hombres y mujeres en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica. La broma corresponde a una realidad: los partidos que cuentan con m¨¢s militantes femeninas son los socialistas (32%) y los Verdes (30%).
Entre los centristas democristianos de la Uni¨®n para la Democracia en Francia (UDF), el porcentaje es alto, un 42%, pero su direcci¨®n no tiene el menor reparo en admitir que se consigui¨® a base de inscribir a las esposas de los militantes. La b¨²squeda de la mujer ser¨¢ una preocupaci¨®n mayor para Democracia Liberal (DL), que prefiere no desvelar cifra alguna. Entre los gaullistas existe una campa?a lanzada por su flamante presidenta, Mich¨¨le Alliot-Marie (MAM), para "conseguir 5.000 mujeres para el RPR ". En la extrema derecha, el Frente Nacional (FN) se toma las cosas con filosof¨ªa: "Entre nosotros, el n¨²mero uno es siempre el marido, y la n¨²mero dos, a menudo, es la esposa o hija. Basta con inscribirlas en las listas con su nombre de solteras para evitar la mala imagen", dice Carl Lang, secretario general del FN.La nueva ley, si entrase en vigor sin modificaciones en el Senado o en la segunda lectura, obliga a alternar un hombre y una mujer en las elecciones al Senado y las europeas -lo de un hombre, una mujer ha hecho que se hable de "ley Chabadabada", en homenaje al filme de Claude Lelouch- mientras que en las municipales y regionales, que se celebran en dos vueltas y permiten alianzas entre ambas, exigen que la paridad reine dentro de cada grupo de seis nombres. En el caso de las legislativas, los partidos han de presentar tantos candidatos como candidatas. La diferencia m¨¢xima admitida es del 49% frente al 51%. Y habr¨¢ sanciones: un 5% menos de subvenci¨®n p¨²blica si la lista presenta un 10% m¨¢s de hombres, descuento que puede llegar al 50% si la lista es exclusivamente masculina o femenina.
Promesa de Jospin
La imposici¨®n por ley de la paridad masculina-femenina era una de las promesas electorales del primer ministro, el socialista Lionel Jospin, en 1997. En las ¨²ltimas europeas, su partido ya respet¨® lo que ahora han aceptado todas las formaciones pol¨ªticas. S¨®lo la ultramontana Christine Boutin (UDF) y el gaullista Jacques Myard se atrevieron a votar en contra. MAM, la presidenta del RPR, prefiri¨® ausentarse del hemiciclo para no asociar su nombre -es partidaria de una oposici¨®n frontal y sistem¨¢tica al Gobierno- a un voto negativo a una reforma altamente popular.
En la actualidad, reunidas Asamblea y Senado, Francia es el pa¨ªs de la UE, exceptuada Grecia, con menos mujeres en los esca?os. A pesar de repetidas declaraciones de prop¨®sito de enmienda, a pesar incluso de que el actual Gobierno ha situado a algunas mujeres en ministerios muy importantes -Martine Aubry al frente de Empleo y Solidaridad, Elisabeth Guigou como titular de Justicia, Catherine Trautmann de Cultura-, s¨®lo los Verdes y, en menor medida, los comunistas se han sumado a este impulso de feminizaci¨®n. La derecha ha comprendido tarde que la reforma era popular y que conven¨ªa olvidarse de los aspectos filos¨®ficamente m¨¢s discutibles como la introducci¨®n de la noci¨®n de "cuota" en una rep¨²blica universalista que habla siempre de ciudadanos asexuados. En 1995, al ser nombrado primer ministro, Alain Jupp¨¦ nombr¨® una serie de mujeres para puestos ministeriales, que duraron pocos meses y ocuparon cargos menores.
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