Buen toreo entre el agua

Los toros parec¨ªan emerger de los charcos, acud¨ªan al enga?o y luego de seis, de siete oleadas, acortaban el viaje, se deten¨ªan, esperaban. En las esperas aguzaban el entendimiento y miraban entonces con intenciones de estirar la cabeza y engarzar. No les dieron esa oportunidad. Sobre la plaza, nubes plomizas; la cortina de lluvia desdibujaba los tendidos abarrotados de gente que coreaba entre g¨¢rgaras.El buen toreo estuvo de parte de Nelson Segura. El gesto de honradez, de El Juli. Y el sabor, de Uceda Leal, que confirm¨® la alternativa con las primeras gotas de lluvia, frente a un torillo respetuoso, con su cabecita c¨®moda y sus pasitos de ni?o. ?l hizo lo propio y lo llev¨® con sumo cuidado para que no doblara las rodillas: estaba agotado; cansad¨ªsimo, como dicen por aqu¨ª. Y al final, el p¨²blico tambi¨¦n.

Cuando salt¨® a la arena el de Segura, segundo de la tarde, ya llov¨ªa copiosamente, pero el ruedo no se hab¨ªa anegado. La verdad es que este ejemplar no ten¨ªa buenos modales. Fuerza, s¨ª. Repet¨ªa con deseos, y c¨®mo transmit¨ªa. Y Segura mucho m¨¢s. Tanto que la gente olvid¨® que la acribillaba el aguacero y lo ovacion¨®. Gran estocada, la oreja. Ahora hab¨ªan crecido los charcos.

Alguien consult¨® con El Juli si suspend¨ªan el festejo. "P'alante", dijo, y se calz¨® la montera. Y se fue a buscar a su enemigo a la orilla opuesta. Una faena de entrega, de gestos, de responder al cari?o de la gente. Arrastrado este tercer toro, el ruedo ya estaba anehado y la corrida se suspendi¨®. Una hora despu¨¦s, cuando anocheci¨®, a¨²n llov¨ªa.

La tercera corrida de la feria bogotana se celebrar¨¢ el pr¨®ximo domingo, d¨ªa 6, con el siguiente cartel: toros de Ernesto Arango para Juan Mora, Miguel Abell¨¢n y Pepe Manrique.