El Rayo sale a tiempo del cuarto oscuro

Jugaba con fuego el Rayo y cerca parec¨ªa de achicharrarse. Siete minutos quedaban, en el cuarto oscuro malviv¨ªa el Rayo, y el Lleida estaba a un gol de pegar el pelotazo en un partido que la memoria guardar¨¢ pronto en el caj¨®n del olvido. Pero marc¨® Van den Bergh y los fantasmas emigraron de Vallecas. El entusiasmo del Lleida no le bast¨® para conseguir la proeza ante un rival, el Rayo, que ejecut¨® durante muchos minutos un disparate, un discurso plano, enfermizo, en el que le hizo un homenaje al mal gusto. Quiz¨¢ fuera l¨®gico que se dejara llevar por la bonanza del 2-3 de la ida. Pero de ah¨ª a no disparar hasta la hora de juego, de ah¨ª a hacerse c¨®mplice del pelotazo, media un abismo.Todo fue del Lleida menos la victoria. So?¨® con el ¨¦xito cuando Brito se?al¨® el primer penalti a su favor (m.51), que fall¨® Calder¨®n. Y so?¨® a¨²n m¨¢s cuando se?al¨® el segundo, que se fue dentro. Pero al Lleida le vino grande el prop¨®sito y el Rayo, en lo ¨²nico bueno que hizo, no se atrincher¨®, reacci¨®n ¨¦sta en la que demostr¨® su grandeza. Lleg¨® entonces el empate y lleg¨® la ¨²nica jugada inolvidable. Agarr¨® Michel I la pelota en la derecha y la pase¨® hacia el centro, con la cabeza alta, buscando el momento id¨®neo para pegarla mientras dejaba rivales en el camino. La peg¨® con la zurda, abajo, maravillosamente, coloreando un partido p¨¢lido, al que Luis elev¨® un 3-1 final con pinta de mentiroso.