La ampliaci¨®n al Este puede alejar m¨¢s a Europa de EEUU, seg¨²n un experto

Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea -un organismo independiente de promoci¨®n de la integraci¨®n europea, que suele trabajar para el Gobierno brit¨¢nico-, advierte que es necesario fortalecer a la UE, dotarla de una fuerte pol¨ªtica de defensa y pol¨ªtica exterior y lograr que tenga un interlocutor claro. ?stas son sus respuestas a los principales debates abiertos hoy en una Uni¨®n Europea que, seg¨²n su punto de vista, se est¨¢ quedando por detr¨¢s de Estados Unidos, desde el punto de vista tecnol¨®gico, y que se dispone a abordar una ampliaci¨®n de hasta 28 miembros.

Para Charles Grant, " el distanciamiento entre Europa y Estados Unidos est¨¢ creciendo, porque Europa se est¨¢ quedando muy atr¨¢s en tecnolog¨ªa. Eso fue evidente en la guerra de Kosovo, y provoca un gran peligro de desconexi¨®n estrat¨¦gica entre los aliados", afirma Grant, de 42 a?os, que dirige en Londres un nuevo y pujante think tank. Ahora mismo, la nueva tecnolog¨ªa en la que trabaja Washington, incluida esa guerra de las galaxias retomada por Bill Clinton, le va a permitir cada vez m¨¢s combatir a sus enemigos desde casa, sin la ayuda de las bases europeas. "Y eso est¨¢ provocando la tendencia de los americanos a hacer las cosas por su cuenta, como esta guerra de las galaxias. Por ello, los europeos odian esta idea".Ha sido la guerra de Kosovo la que ha puesto en evidencia todas las carencias europeas y esa falta de conexi¨®n con EEUU. Durante los bombardeos aliados, por ejemplo, los aviones no se pod¨ªan comunicar entre s¨ª, por no tener sistemas de informaci¨®n compatibles; s¨®lo pod¨ªan recurrir a la radio, que los serbios pod¨ªan interceptar. Y otro dato: el 85% de las bombas fueron estadounidenses.

La ¨²nica soluci¨®n, bromea Grant, es aumentar el presupuesto europeo de defensa "en un 30%". Y ya en serio, si no gastar m¨¢s, s¨ª "m¨¢s sabiamente". Y sobre todo, llevar a buen puerto la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n, cuyas bases quedaron sentadas en diciembre con la decisi¨®n de crear un cuerpo militar de 50.000 hombres y, antes, con el nombramiento de Javier Solana al frente de esta gran ¨¢rea.

Pero EEUU tampoco entiende esta defensa europea. "Oficialmente, el Pent¨¢gono y el Departamento de Estado s¨ª la entienden, pero ellos mismos admiten que sienten una esquizofrenia y que temen que esa defensa haga da?o a EEUU. No entienden. Dicen que la OTAN funciona bien as¨ª, que ?qui¨¦n necesita la defensa europea? Los europeos tenemos que hacer un gran trabajo para convencerles".

Pero, como todos los implicados reconocen, es in¨²til hablar de defensa com¨²n sin antes tener una pol¨ªtica exterior com¨²n, en una Europa tantas veces dividida y sin interlocutores claros ante el exterior. Ah¨ª, "la clave es integrar los dos. Solana es la clave". Y ¨¦sa es tambi¨¦n la respuesta a todas las dudas sobre la gran ampliaci¨®n de la UE. "Necesitamos que algunos pa¨ªses puedan avanzar m¨¢s r¨¢pido que otros, en m¨²ltiples n¨²cleos, no en uno solo, como propone Jacques Delors. Y tambi¨¦n necesitamos una gran reforma institucional que incluya, por ejemplo, la presidencia rotatoria, que no es eficiente" .

"Sin interlocutores permanentes no se nos va a tomar en serio. Solana tiene que tener un mayor papel, y tiene que haber tambi¨¦n otros mister, como mister Eurolandia. Sin unos representantes permanentes no hay eficacia".

Pese a las buenas intenciones del primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, lo cierto es que Londres no se integra m¨¢s en la Uni¨®n Europea, sino que afianza sus distancias. En los ¨²ltimos seis meses ha ganado posiciones la v¨ªa euroesc¨¦ptica, seg¨²n cuenta el investigador Ben Hall, que participa junto a Charles Grant en un seminario sobre defensa europea que se celebra estos d¨ªas en Madrid. Varias son las razones: la progresiva ca¨ªda del euro, que se ha convertido en term¨®metro del ¨¦xito europeo; la debilidad europea que qued¨® manifiesta durante la guerra de Kosovo; la gran desconexi¨®n entre los brit¨¢nicos y el nuevo presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi.