Las orillas del Manzanares y las orillas del Llobregat M. V?ZQUEZ MONTALB?N
El an¨¢lisis concreto de la situaci¨®n concreta, que hoy pueda sonar a veces a bolero a veces a tango, tal vez explique por qu¨¦ en el pasado Izquierda Unida conden¨® cualquier aproximaci¨®n al PSOE y acus¨® a Iniciativa per Catalunya (IC) de ser un ap¨¦ndice de los socialistas catalanes por no mantener la misma actitud. Ahora el an¨¢lisis concreto de la situaci¨®n concreta ha conducido a un acuerdo muy inteligente entre el PSOE e Izquierda Unida, tan inteligente que saca a socialistas y unitarios del pesimismo preelectoral e impulsa a la izquierda como una real alternativa de gobierno en Espa?a. Los barqueros han superado la met¨¢fora de las dos orillas por el procedimiento de encontrarse en el centro del r¨ªo Manzanares; en cambio, ha aparecido toda clase de remolinos y contracorrientes en el Llobregat para que la versi¨®n de Izquierda Unida en Catalu?a e Iniciativa per Catalunya, dos facies del antiguo prisma del PSUC, puedan concertarse y no convertir la campa?a electoral en un ejercicio de mutua destrucci¨®n y de disuasi¨®n de un votante de izquierdas que no quiere esa divisi¨®n. Los or¨ªgenes del divorcio arrancan de los factores de la desdichada crisis entre eurocomunistas, prosovi¨¦ticos y centristas o leninistas de comienzos de los a?os ochenta; es decir, se arrastra desde hace 20 a?os, se ha sumergido a veces para volver a emerger y, a pesar del da?o que ese conflicto ha hecho al ecosistema de la izquierda catalana, no lo ha arruinado del todo. Todav¨ªa hay decenas de miles de votantes que esperan el acuerdo entre Esquerra Unida i Alternativa e Iniciativa para remotivarse y contribuir a crear una esperanza de izquierda. Los que vivimos implicados la crisis de 1981, si somos sinceros con nosotros mismos, no tenemos nada de qu¨¦ enorgullecernos. Fue una de esas ocasiones en las que el intelectual org¨¢nico colectivo demuestra que puede comportarse como un imb¨¦cil org¨¢nico colectivo.Cualquier c¨¢lculo que conduzca a esperar que sean las urnas el 12 de marzo las que demuestren cu¨¢l de las dos, IC o EUiA, es la fuerza no m¨¢s instalada, sino menos instalada, me parece un fleco de la antigua cultura de la poda y la falsa homogeneizaci¨®n que ha impedido el beneficio de la pluralidad en el seno de las formaciones pol¨ªticas espa?olas a la izquierda del PSOE. La poda no ha fortalecido al ¨¢rbol; ha contribuido a convertirlo en arbusto con voluntad de matorral y el 13 de marzo podr¨ªa ser la fecha hist¨®rica del recuento de un suicidio. Garc¨ªa Lorca escribi¨® que hay barcos que posan cuando se hunden, pero se tratar¨ªa de un narcisismo mezquinamente ensimismado porque resulta que de mediar una m¨ªnima capacidad de superar las razones pasadas para el enfrentamiento, se encontrar¨ªa la complicidad de la mayor¨ªa de las bases de las dos formaciones en litigio. No se trata de que EUiA sea requerida para que no da?e los planes electorales de IC, sino de crear una ilusi¨®n electoral y pol¨ªtica tras dos elecciones, las municipales y las auton¨®micas, que han demostrado lo nefasto de la divisi¨®n. Los votos que EUiA ha conseguido que no se sumaran a IC han beneficiado sobre todo a Converg¨¨ncia i Uni¨® y la p¨¦rdida del colectivo dirigente y militante de EUiA ha empobrecido la oferta pol¨ªtica de la izquierda radical catalana
En pol¨ªtica no hay finales felices escritos por los guionistas como en las pel¨ªculas de Frank Capra. Cualquier acto pol¨ªtico procede en parte de la ratificaci¨®n de un ideario y de la correlaci¨®n de fuerzas. El acuerdo inmediato entre EUiA e Iniciativa era aconsejable, no para dar cauce a la bondad de coraz¨®n de Lucchetti y Rib¨® o a la capacidad de autoan¨¢lisis y autocr¨ªtica de Paco Frutos, sino como necesidad pol¨ªtica para que la correlaci¨®n de debilidades consecuencia de la divisi¨®n se trueque en fuerza. Luego ya habr¨¢ tiempo de debatir lo que une y desune estrat¨¦gicamente y de analizar las posibilidades de la izquierda en el posnacionalismo y el poscapitalismo, horizontes emplazados para los que la izquierda como colectivo no ha planteado nada que merezca el nombre de debate, ni ha demostrado nada que se parezca a un conocimiento reciclado. Aparcar durante un mes el ejercicio de pr¨¢cticas zool¨®gicas tendentes a medir territorios potenciales ser¨ªa como un ensayo general de que despu¨¦s del 12 de marzo la izquierda pudiera superar la l¨®gica de la autofagia.
Colocar a los militantes y votantes como los causantes de que no pueda haber acuerdo me parece una usurpaci¨®n del deseo real de la mayor¨ªa. La mayor¨ªa quiere acuerdo, y si no lo hay, que la campa?a electoral no se convierta en un fest¨ªn can¨ªbal, y si es inevitable el fest¨ªn can¨ªbal, buen provecho. Habr¨ªa que conservar algunas formas. Por ejemplo, no comer la carne humana cruda. El civet es el guiso m¨¢s adecuado, especialmente para las extremidades inferiores y las extremidades superiores.
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