Mal de queixal
Si arrancar un diente -a carn dura, dent segura- es el equivalente freudiano a la castraci¨®n, ?a qu¨¦ ser¨¢ equiparable romperlos todos? Ah¨ª golpearon "los malvados esbirros con sat¨¢nica -D¨¦u dona pa a qui no t¨¦ queixals- crueldad" a Apolonia, har¨ªa hoy mil setecientos cincuenta a?os, en Alejandr¨ªa. Un tal Divino, que era un demonio "perverso adivino y mal poeta", desencaden¨® una de las cosechas m¨¢s abundantes y curiosas de m¨¢rtires, al enardecer a las masas que "andaban rabiosamente dispuetas a no calmarse hasta que hubieran bebido la sangre de todos los cristianos". El populacho infernal, seg¨²n caritativa expresi¨®n de la Leyenda ?urea, apres¨® a la "virgen venerable, ya anciana, adornada con las flores de la castidad, la austeridad y la limpieza, jam¨¢s mancillada, sencill¨ªsima, inocent¨ªsima, virtuos¨ªsima y fort¨ªsima Apolonia".Desdentada -igual por la edad le faltaba alg¨²n rub¨ª de la quijada-, no quiso vivir ni un instante m¨¢s y "corri¨® a lanzarse por s¨ª misma a la hoguera", ya que "su alma estaba inflamada por los rayos de la verdad, mucho m¨¢s ardientes". Mucha llama -su nombre es el del dios Sol, Apolo, cuando m¨¢s falta hace su calor- ante el "peligro de caer en eterno fuego" y mucha serenidad "en medio de las brasas -li feien dentetes- cual si no le quemaran ni causaran dolor alguno", pero en su ¨¦poca se arm¨® una trifulca considerable sobre si el suicidio pod¨ªa considerarse martirio; el eco lleg¨® hasta monse?or Agust¨ªn de Hipona, quien, como siempre, evit¨® mojarse. Sea como sea, las reliquias de Apolonia -hay en la Seu de Valencia- se pasaban por las enc¨ªas para que los ni?os dentaran mejor y es abogada contra el dolor de muelas -la dama ideal de los trovadores era molt blanca, gentil amb bona dentadura y patrona de dentistas: primer s¨®n mes dents que mos parents.
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