El cabeceador implacable
Una resina para cabras cura a Pacheta, que entra en racha de goles
El instinto de cabeceador natural que cultiva Jos¨¦ Mart¨ªn Pacheta (Sala de los Infantes, Burgos, 23-03-68), y una resina para curar fracturas de cabras, muy utilizada por los pastores de Uzbekist¨¢n, han significado un empuj¨®n notable en la espectacular racha del Numancia en su primera temporada en Primera. Pacheta sufri¨® hace un mes y medio una fractura completa de la s¨¦ptima costilla izquierda, cuyo pron¨®stico de curaci¨®n se establec¨ªa entre treinta y cuarenta d¨ªas. La lesi¨®n parec¨ªa un signo de mal ag¨¹ero, pero a los diez d¨ªas, ya curada, se convirti¨® en el punto de partida de una sucesi¨®n de partidos exitosos. En los tres ¨²ltimos, su equipo ha sumado seis puntos y Pacheta ha marcado cuatro goles.Su ¨²ltima gesta se consum¨® el domingo pasado: vol¨® sobre el ¨¢rea del Deportivo en busca de un cabezazo rasante; prefiri¨® meter el cr¨¢neo incluso cuando el bal¨®n le llegaba m¨¢s bien a la altura de la bota. El gol dio el triunfo al Numancia y Pacheta aument¨® su cuenta de testarazos con la s¨¦ptima costilla en perfectas condiciones. ?Milagro? El m¨¦dico del Numancia, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Asensio, lo justifica en "una resina que crece en las rocas, producida por un liquen".
Asensio obtuvo la medicina, "que no se comercializa", a trav¨¦s de un paciente que tiene un sobrino en Uzbequist¨¢n: "Me cont¨® que all¨ª los pastores la utilizan para soldar los huesos rotos de las cabras, en cuatro o cinco d¨ªas, as¨ª que pens¨¦ que val¨ªa la pena probar. El caso de Pacheta fue notorio porque la recuperaci¨®n fue espectacular. En cinco d¨ªas de tratamiento, la fractura estaba radiol¨®gicamente curada. En la radiograf¨ªa aparec¨ªa un hueso donde antes hab¨ªa fractura. Lo que se deb¨ªa curar en 40 d¨ªas se cur¨® en cinco".
"Si me quebrara de nuevo, la volver¨ªa a tomar", asegura Pacheta. "Aunque la verdad, es bastante desagradable. Es de color negruzco, marr¨®n oscuro, pegajoso y de olor fuerte. Se toma en peque?as dosis, como la cabeza de una cerilla, cinco o seis, mezcladas con leche porque sola sabe fatal. Se deja en la boca un ratito y despu¨¦s se traga. Tambi¨¦n se aplica en la zona afectada, se frota contra la piel... As¨ª durante cinco d¨ªas, y los dolores y la fractura me desaparecieron. Estaba listo para entrenarme".
Pacheta vive asentado en la euforia, como el alma de una ciudad y un club de los que habla como propios. Con el peso de quien se sabe una autoridad hasta en las oficinas, ayer reflexion¨® sobre una racha inesperada que tuvo su origen en el infortunio: "Desde que me lesion¨¦, el cinco de enero, he marcado cuatro goles [lleva siete en la Liga, seis de cabeza]. Y todo gracias a la resina para curar cabras. Sin ese tratamiento, es ahora cuando me habr¨ªa incorporado al equipo".
Pacheta ha llegado a la recta final de su carrera pisando el acelerador, volviendo al club de sus or¨ªgenes (es el ¨²nico jugador del Numancia con coche matriculado en Soria), y dando cabezazos para no perder una costumbre que demostr¨® ya en su deb¨² en Primera, con 26 a?os, en un Espanyol-Barcelona. "Sal¨ª con la adrenalina brot¨¢ndome por todos lados; entr¨¦ como una moto a un centro y llegu¨¦ antes de tiempo. Le di al bal¨®n con la coronilla y tuve suerte". Lo que le doli¨® es que el ¨¢rbitro, no sabe por qu¨¦, le anulara el gol.
Pacheta alude a su hermano para explicar su especialidad: "Dice que cabeceo bien porque tengo un gran sentido del tiempo y el espacio en el salto, lo gan¨¦ con el baloncesto". Su compa?ero Perico Ojeda bromea con otra teor¨ªa: "Pacheta s¨®lo las mete de cabeza porque con el pie, como yo, las manda dos metros por encima del larguero".
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