Guardaespaldas en el aula
Bajita para su edad y m¨¢s bien delgada, Amie Salmon, una escolar brit¨¢nica de 13 a?os, responde al modelo de ni?a diferente que suele ser v¨ªctima de acoso por parte de sus compa?eros. En su caso, el abuso hab¨ªa ido demasiado lejos y el instituto de secundaria de Glaisdale, en Nottingham, le asign¨® una escolta personal. Su guardaespaldas era una profesora que la acompa?aba a todas partes, incluido el cuarto de ba?o, para convencer a las ocho chicas que la ridiculizaban de que depusieran su actitud. La protecci¨®n pareci¨® funcionar durante dos semanas. Ayer, el grupo volvi¨® a las andadas y los padres de Amie decidieron sacarla del centro.El caso es que la adolescente se llevaba bien al principio con las compa?eras que ahora la insultan y golpean. La situaci¨®n empeor¨® en 1998, cuando dos ni?as orquestaron una campa?a de acoso que le result¨® insoportable. "Vuelve a casa llorando, nerviosa y diciendo que no piensa regresar a clase. Hasta hemos pensado en llevarla al m¨¦dico para que le recete tranquilizantes. Pero no hay derecho. Ella no ha hecho nada y tiene que estar aislada. El grupito que la persigue, por el contrario, sigue con su vida normal", han lamentado sus padres, Paul y Michelle, que no han dudado en acudir a la prensa en busca de ayuda.
Lo que m¨¢s les preocupa es que el instituto haya decidido "marcar" a su hija, como ellos dicen, sin que las causantes del malestar parezcan haber sido siquiera amonestadas. Seg¨²n el director, Tim Moralee, la protecci¨®n es una medida temporal. Haciendo uso de la gu¨ªa para atajar los casos de intimidaci¨®n escolar reci¨¦n publicada por el Gobierno laborista, que cada centro puede adaptar a sus necesidades, ha optado por la v¨ªa conciliadora. La banda de las ocho ha sido advertida de que debe olvidarse de Amie. Sus familias tambi¨¦n saben lo ocurrido. Hasta ah¨ª todo en orden. El hecho de haber separado de forma tan notoria a la v¨ªctima, por el contrario, ha dejado perplejas a las asociaciones en defensa del menor.
El director cree que acompa?ando a Amie a todas partes y permiti¨¦ndole entrar y salir del instituto a otra hora para evitar a sus enemigas, ¨¦stas acabar¨¢n cans¨¢ndose y la dejar¨¢n en paz. Como adem¨¢s piensa organizar charlas en la escuela sobre el acoso, supone que evitar¨¢ su propagaci¨®n. "A nosotros nos parece que ha conseguido lo contrario. Amie no puede entrar en el aula cuando est¨¢n esas ni?as y recibe la clase en otra sala. Por no hablar del tel¨¦fono. Tiene un m¨®vil para llamar a los profesores si es atacada, otra forma de aislarla", apuntan los padres.
La propia Amie, que se ha fotografiado en los pasillos del instituto con la mano de Moralee sobre su hombro, parece confusa. "Me tienen que dejar los apuntes de algunas asignaturas y no puedo ni ir al ba?o tranquila. Algunos d¨ªas preferir¨ªa estar muerta. Se burlan de m¨ª porque soy peque?a para mi edad y les parezco anor¨¦xica por mi bajo peso. Es horrible". A pesar de todo, no quiere cambiarse de instituto. Sus dos hermanas, Chanine, de 21 a?os, y Hailey, de 18, estudiaron en Nottingham sin problemas y ella deseaba hacer lo mismo. Parad¨®jicamente, sus padres eligieron Glaisdale porque les aseguraron que "no toleraba ning¨²n tipo de acoso".
"S¨¦ muy bien que la escolta que le hemos asignado a Amie es una medida temporal. Tampoco se me oculta que puede parecer que castigamos a la v¨ªctima en lugar de a las culpables. Sin embargo, creo que seguirla as¨ª es lo mejor hasta que vuelva a clase sin temores", ha dicho el director.
Los pedagogos insisten en analizar a fondo la personalidad del causante del malestar. Tanto para el que intimida sin pensar en el da?o que hace, como para el acosador que un d¨ªa fue v¨ªctima, la ayuda psicol¨®gica es el mejor remedio. Dejar pasar el tiempo, como temen los padres de Amie, no es recomendable. El valent¨®n podr¨ªa crecerse y pasar a las agresiones incontroladas. Cuando se trata de grupos la cosa cambia. El carisma del cabecilla, que en Glaisdale tiene un doble liderazgo, arrastra al resto de la banda y la responsabilidad es igual para todos.
Amie Salmon ha hecho lo que deb¨ªa. No se ha callado, una de las reacciones que puede causar traumas definitivos en las v¨ªctimas. De todos modos, a la vista de los nuevos insultos de ayer, profesores y padres probablemente abordar¨¢n de una vez juntos el problema.
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