La belleza ef¨ªmera de Yves Saint-Laurent Un nuevo museo en Par¨ªs exhibe el trabajo del que fuera el sucesor de Christian Dior
Yves Saint-Laurent lanz¨® su marca en 1962, cuando ten¨ªa 25 a?os, pero ya llevaba cuatro siendo el modista de Christian Dior. Desde entonces, durante cuatro d¨¦cadas, cuatro veces al a?o, Saint-Laurent ha respetado el ritual que exige presentar nuevas colecciones adaptadas a las convencionales f¨®rmulas oto?o-invierno o primavera-verano, tanto en alta costura como en pr¨ºt-¨¤-porter, ya sea pues bajo las siglas YSL o bajo la marca Rive Gauche. Todo ese despliegue de belleza ef¨ªmera parec¨ªa destinada a amarillear convertida en foto o a ser olvidada lentamente en el fondo de armarios millonarios. Si eso no sucede se debe a Hector Pascual, amigo personal del modista desde 1970, que se ha preocupado por salvar 5.000 modelos, 2.000 pares de zapatos, 15.000 joyas y accesorios, centenares de sombreros y miles de dibujos salidos de la mano de Yves. Hoy todo ese conjunto se expone, puede visitarse en un nuevo museo parisiense, en el barrio de La Villette, concretamente en el n¨²mero 11 de la Rue de Cambrai, donde 1.200 metros cuadrados esperan los ojos de curiosos, investigadores, periodistas, futuros pr¨ªncipes de la aguja o locos por los iconos de cada ¨¦poca.
La sala en la que se guarda toda esa belleza, que, muy a menudo, s¨®lo ha sido habitada el tiempo de un desfile o de una fiesta, est¨¢ siempre a 15 grados cent¨ªgrados y a un mismo nivel de humedad. "Es la temperatura adecuada para proteger la ropa de los insectos que la atacan", explica Hector Pascual, que hace desfilar, siempre con guantes blancos -"hay que andar con cuidado con las bacterias"-, una sucesi¨®n de trajes fastuosos. Ah¨ª, como Mod¨¨le 00001, encontramos un traje de c¨®ctel de 1962 que perteneci¨® a la esposa del millonario Arturo L¨®pez Willshaw, el primero etiquetado YSL. A su lado est¨¢n ropas anteriores, del periodo Dior. En el armario 22 se hallan reunidos los trajes que dejan ver los senos tras distintos tipos de transparencia; en el armario contiguo est¨¢ el vestuario de Catherine Deneuve en Belle de jour (1966), la cinta de Bu?uel, o el de Isabelle Adjani para Subway (1986). Algunos armarios est¨¢n consagrados a las superwomen, otros al ballet y al teatro, pero el grueso de la colecci¨®n procede de los desfiles. "Un 50% de los trajes que presentan las modelos est¨¢n ahora en el museo".
Desde 1976, el propio Saint-Laurent decide, de com¨²n acuerdo con Pascual, lo que merece ser conservado. Las ropas anteriores proceden de donaciones o subastas. "Entre las primeras, las m¨¢s importantes han sido las de Grace de M¨®naco, la baronesa Rotschild o de Madame de Rochas, mientras que entre el material comprado destaca el que procede de la venta p¨²blica de los efectos personales de la duquesa de Windsor". La Association pour le Rayonnement de Oeuvre d'Yves Saint-Laurent se ocupa de todo lo que sale a subasta, tiene su atenci¨®n permanentemente puesta en las actividades de Sotheby's y Pierre Berg¨¦, millonario y amigo personal del modista, recupera todo lo que merece serlo.
Pero todos esos trajes guardados en La Villette padecen hoy de un s¨ªndrome que Pascual describe como "el de la sala de teatro despu¨¦s de la representaci¨®n". Est¨¢n en muy buen estado, un miniaspirador especial los mantiene sin polvo, las plumas y lentejuelas siguen reluciendo, el peso de las miradas y de los flashes a¨²n est¨¢ ah¨ª, pero les falta vida, les falta movimiento. "Son como princesas dormidas que esperan el hada que las despierte". Para eso basta con subir a la planta superior y consultar, a trav¨¦s de un ordenador, los m¨¢s de 120.000 documentos -v¨ªdeos, pero tambi¨¦n dibujos o fotograf¨ªas- referidos a cada modelo, a cada colecci¨®n. "Y tenemos tambi¨¦n dibujos de Yves de cuando a¨²n viv¨ªa en Or¨¢n, en Argelia. Son ilustraciones hechas a partir de la historia de la reina Margot, de cuando ¨¦l ten¨ªa 17 a?os". Hay otras ilustraciones ins¨®litas, como unas de 1970 destinadas al vestuario de un ballet que ten¨ªa como tema central el hach¨ªs o los figurines para una coreograf¨ªa de Roland Petit sobre Notre-Dame de Par¨ªs. "Las que corresponden al universo de la droga son de inspiraci¨®n muy especial, en iconograf¨ªa sacada de la antig¨¹edad, con joyas en forma de serpiente, con un universo que remite a otra ¨¦poca, imprecisa pero pasada, mitol¨®gica".
El museo, que quiere mantener una pol¨ªtica de intercambio de fondos con instituciones como el Metropolitan de Nueva York o el propio Museo de la Moda de Par¨ªs, tiene prevista una sucesi¨®n de exposiciones tem¨¢ticas sobre Saint-Laurent que han de tratar de la innovadora manera en que el modista resuelve espaldas y hombreras, sobre su empleo del color negro o de sus especificidades a la hora de realizar los distintos ensayos que permiten fabricar ese prototipo que es un traje de alta costura.
Modista de mujeres
Yves Mathieu Saint-Laurent es modista de mujeres. Se supone que ¨¦sa es la especialidad de la mayor parte de los creadores de alta costura, pero no es as¨ª. Muchos de sus colegas trabajan para "la mujer", en singular y en abstracto. De ah¨ª que todos los modelos de Versace parezcan pensados para chicas que viven de vender ese cuerpo que apenas protege la ropa, que los de Thierry Mugler reclamen mantis religiosas, los de Galliano hadas andr¨®ginas y longil¨ªneas y los de ?scar de la Renta matrimonios burgueses con mucho dinero. Los de Yves Saint-Laurent ofrecen una gama de posibilidades que no se limita a los fantasmas masculinos de la mujer-castradora, la mujer objeto sexual o la mujer-florero. Cada clienta -siempre y cuando pueda gastarse m¨¢s de un mill¨®n de pesetas por un traje- encuentra en Saint-Laurent lo que desea y el modista se adapta a su personalidad.La denominaci¨®n "alta costura" exige tener un m¨ªnimo de 20 empleados fijos en el taller, presentar dos colecciones al a?o de no menos de 50 trajes cada una y que incluyan modelos de d¨ªa y de noche, y ofrecer al cliente la posibilidad de hasta seis sesiones de pruebas para adaptar la ropa a su constituci¨®n. Todo esto exige mucho dinero. Un vestido de alta costura reclama entre 40 y 80 horas de trabajo, que se transforman en m¨¢s de 150 si se trata de un traje largo bordado.
En 1989, YSL sale a Bolsa y en 1993 es comprada por Sanofi, laboratorios vinculados a Elf. El volumen de negocio de la firma sobrepasa anualmente los 100.000 millones de pesetas, de los cuales la alta costura representa apenas mil millones. La parte del le¨®n -75.000 millones como m¨ªnimo- corresponde a los perfumes, seguidos del pr¨ºt-¨¤-porter, que equivale a unos 17.000 millones.
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