Pimentel

El hasta ayer ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, ha asumido en su grado m¨¢s alto la responsabilidad pol¨ªtica que puede exigirse por las irregularidades de un colaborador cercano y ha presentado su dimisi¨®n al presidente. Abre as¨ª, a tres semanas de las elecciones, una sorpresiva crisis pol¨ªtica en el Gobierno de Aznar, que ¨¦ste va a cerrar de inmediato nombrando nuevo ministro a Juan Carlos Aparicio, secretario de Estado de la Seguridad Social, y miembro del equipo de Pimentel.Seg¨²n el ministro dimisionario, un pol¨ªtico responsable lo es tambi¨¦n de lo que hacen sus colaboradores. Si esta vara de medir se hubiera aplicado en la pol¨ªtica espa?ola desde la transici¨®n, los ciudadanos se habr¨ªan ahorrado algunas de las crisis m¨¢s espectaculares, que han deteriorado gravemente la credibilidad de los pol¨ªticos y la imagen misma de la pol¨ªtica. Aunque Pimentel manifest¨® no ser ejemplo para nadie, al dimitir abre un paralelismo retrospectivo sobre otros casos recientes. El m¨¢s notable, el de las subvenciones al lino, en el que dimitieron tres altos cargos de Agricultura sin que su titular, Loyola de Palacio, se sintiera concernida por ning¨²n tipo de responsabilidad.

Queda ahora que el presidente de Gobierno informe en profundidad de lo que ha sucedido en el Ministerio de Trabajo para que no puedan extenderse otras elucubraciones m¨¢s torticeras sobre la dimisi¨®n de Pimentel. El ya ex ministro afirm¨® que hab¨ªa abierto una investigaci¨®n que le permit¨ªa afirmar que no se ha producido desviaci¨®n de fondos, sino tan s¨®lo abuso de confianza de un colaborador muy cercano. La dimisi¨®n aten¨²a en buena parte el error de un nombramiento que ha resultado tan desafortunado. Pendientes de esos datos, hay que subrayar que la labor de Pimentel al frente de Trabajo se ha basado en la responsabilidad y el di¨¢logo. Su forma de salir de la pol¨ªtica confirma un estilo nada com¨²n.