"Habr¨ªa que amnistiar a los insumisos"
Juli Busquets fue uno de los fundadores de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD) que surgi¨® en el Ej¨¦rcito espa?ol en las postrimer¨ªas del franquismo. Fue, decididamente, un activista clandestino en el peligroso ambiente de la milicia, desde 1961, cuando inici¨® su actividad contra la dictadura. Este militar, profundamente implicado en la apertura y democratizaci¨®n del Ej¨¦rcito, particip¨® activamente en muchos sucesos de nuestra cercana historia. Ahora, la profunda transformaci¨®n que ha sufrido la milicia, incluida la pronta desaparici¨®n del servicio militar obligatorio, da pie a plantearle preguntas muy diferentes a las de aquellos a?os de plomo. Pregunta. Dentro de un a?o se acaba el servicio militar obligatorio, pero los tribunales siguen condenando a los insumisos, si no a penas de c¨¢rcel, s¨ª a inhabilitaci¨®n, a privaci¨®n del derecho a votar y otras. ?Deber¨ªa haber una amnist¨ªa para ellos?
Respuesta. Evidentemente. Si desaparece el delito, desaparece ipso facto toda sanci¨®n motivada por ¨¦l.
P. Si se acaba el servicio militar obligatorio tambi¨¦n se acaban los objetores que realizan el servicio social sustitutorio. ?Cree que habr¨¢ alg¨²n tipo de alternativa para que la sociedad siga contribuyendo a estos fines sociales?
R. Las contribuciones personales son muy loables, pero siempre deben ser voluntarias, no forzosas.
P. ?Qu¨¦ piensa de la rebaja sustancial en el nivel de coeficiente intelectual respecto a los miembros de un futuro ej¨¦rcito profesional?
R. Un gran error. Es mejor un ej¨¦rcito m¨¢s reducido, pero de personas m¨¢s capaces.
P. Al ej¨¦rcito se le destina mucho dinero. ?No puede ayudar a reducir este gasto el hecho de pertenecer a la OTAN?
R. S¨ª, y con mucha m¨¢s raz¨®n si se llega a un sistema de defensa de la Uni¨®n Europea, que permitir¨¢ contemplar la defensa militar con la perspectiva de los 15 ej¨¦rcitos juntos.
P. ?C¨®mo fue el camino hacia la democracia de un militar en el r¨¦gimen franquista?
R. Ninguno de nosotros posee un gen que diga que es dem¨®crata. La democracia es algo que se asume en nuestra vida. Hacia los a?os cincuenta, al salir de la academia militar, tom¨¦ conciencia pol¨ªtica a trav¨¦s de conversaciones con mis soldados, que eran muchachos de mi edad, obreros de Vallecas y campesinos extreme?os...
P. ...y conoci¨® a un cura m¨ªtico.
R. El padre Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos fue mi maestro y mi amigo, la persona de la que aprend¨ª los impactos m¨¢s ¨¦ticos en el Pozo del T¨ªo Raimundo de Vallecas. Miles de barracas sobre el barro, con techo de lata, sin cloacas, sin agua y sin luz. Esto me hiri¨® profundamente; me matricul¨¦ en Ciencias Pol¨ªticas y all¨ª reelabor¨¦ con rigor intelectual lo que ya hab¨ªa captado con intuici¨®n y sensibilidad.
P. Rigor intelectual y pragm¨¢tico que le llevar¨¢ a la persecuci¨®n y a la c¨¢rcel.
R. S¨ª. En febrero de 1975 aprovechamos una convocatoria oficial y legal que se hizo a 28 oficiales de la guarnici¨®n de Barcelona para redactar un discurso pidiendo apertura pol¨ªtica. A varios nos sancionaron y a m¨ª me cayeron seis meses de castillo que tuve que cumplir en la prisi¨®n militar de El Hacho, en Ceuta, e inicialmente bajo un r¨¦gimen de parcial incomunicaci¨®n.
P. ?C¨®mo inici¨® su actividad pol¨ªtica?
R. Me angustiaba la carencia de apoyos para conseguir una apertura, ya que entonces el franquismo ten¨ªa amplios apoyos entre las clases alta y media, y la oposici¨®n, fundamentalmente el PCE y el FLP, a¨²n no hab¨ªan hecho una clara opci¨®n a favor de la democracia occidental porque estaban recelosos de las que a¨²n se llamaban "corrompidas democracias burguesas". As¨ª que con mi amigo el cura Llanos decidimos organizar una plataforma interpartidaria.
P. ?Entre partidos?
R. M¨¢s exactamente con personas de diversas organizaciones pues entonces era dif¨ªcil ponerse en contacto con los partidos. Empezamos a reunirnos con grupos deseosos de una sociedad sin clases, pero con democracia pluralista, algo que hoy sabemos imposible pero que era una bella utop¨ªa en la que cre¨ªamos muchos en los a?os cincuenta y sesenta.
P. ?Qui¨¦nes fueron los primeros impulsores?
R. En verano de 1961 nos reunimos durante tres d¨ªas en un monasterio de clausura en El Parral de los Jer¨®nimos, de Segovia, con el jesuita D¨ªaz Alegr¨ªa, que como Llanos acab¨® en el PCE; los hermanos Gomis de la revista El Ciervo, el que despu¨¦s ser¨ªa senador Jordi Maragall, el futuro diputado Rocha, Josep Dalmau, unos intelectuales sindicalistas, dos o tres de Galicia y algunos curas y tenientes j¨®venes. La excusa era asistir a unos ejercicios espirituales; la raz¨®n real, constituir una plataforma en la oposici¨®n. Pero en el verano de 1962, cuando estaba preparando el segundo encuentro, se produjo la crispaci¨®n que sigui¨® al llamado "contubernio de M¨²nich" y hubo que aplazar la reuni¨®n, que ya nunca se hizo.
P. Insisti¨® usted, unos a?os m¨¢s tarde, con su tesis doctoral El militar de carrera en Espa?a, sobresaliente cum laude, pero secuestraron el libro y le procesaron por "injurias al Ej¨¦rcito". Fue entonces cuando se celebr¨® el proceso de Burgos contra militantes de ETA. ?Qu¨¦ pas¨® en los cuarteles?
R. Hab¨ªa crispaci¨®n. Unos 120 capitanes de la guarnici¨®n de Madrid firmaron un manifiesto pidiendo mano dura y nada de apertura. Por el contrario, 11 oficiales de Barcelona elevamos al pr¨ªncipe Juan Carlos y al teniente general D¨ªez Alegr¨ªa un contramanifiesto aperturista.
P. ?Este fue el inicio de la UMD?
R. La UMD lleg¨® en verano de 1974, inmediatamente despu¨¦s de la Revoluci¨®n de los Claveles de Portugal, animados por el ejemplo de nuestros colegas del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) del pa¨ªs vecino, aunque nosotros nunca tuvimos ning¨²n af¨¢n golpista. Nos reunimos 12 comandantes y capitanes, de Madrid y Barcelona, y redactamos un ideario, aprobamos unas siglas. Lo normal en las organizaciones clandestinas de entonces.
P. Una vez instalados en la democracia usted fue diputado por el PSOE. ?Qu¨¦ le satisfizo especialmente de aquella etapa?
R. Por una parte, las leyes que redactamos para los militares del bando republicano, sus mutilados, viudas, etc¨¦tera, y por otra, las leyes que consegu¨ª que se aprobaran en defensa de la democracia.
P. ?Por ejemplo?
R. Suprimir la eximente de obediencia debida, que permiti¨® ciertas condenas de los golpistas del 23-F. Luego, siempre segu¨ª muy atento a cualquier conato involucionista. Avis¨¦ a Felipe Gonz¨¢lez de la Operaci¨®n Galaxia la misma noche en que se produjeron las detenciones y contribu¨ª a abortar un golpe del jefe de la divisi¨®n acorazada, general Torres Rojas, que despu¨¦s particip¨® en el 23-F.
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