La normalidad por bandera
El elemento que ha caracterizado al Madrid durante los ¨²ltimos a?os ha sido su distanciamiento de la realidad. Ning¨²n club se ha afanado tanto en buscar coartadas para disfrazar sus penurias, graves en muchos ¨¢mbitos y especialmente en el cap¨ªtulo deportivo. La tendencia escapista alcanz¨® de lleno al equipo, que termin¨® por convertirse en pura ficci¨®n. Siempre hab¨ªa una excusa para justificar los problemas. En el montaje intervinieron directivos, jugadores y entrenadores, dispuestos todos a colaborar en el victimismo, en las man¨ªas persecutorias, en enredos que no evitaban la sensaci¨®n de caos. A trav¨¦s de las coartadas, los futbolistas incumpl¨ªan con sus obligaciones b¨¢sicas. Ni era un equipo ni era nada. La apoteosis del desastre se alcanz¨® durante la direcci¨®n de Toshack, el hombre que termin¨® por derrumbar al Madrid con una avalancha de chistes malos, decisiones arbitrarias, comentarios inapropiados y carencia absoluta de estilo.En la figura de Del Bosque se ha advertido por fin a un entrenador instalado en la realidad. A d¨ªa de hoy se pueden hacer toda clase de cr¨ªticas al juego del Madrid. El primero que lo admite es Del Bosque, que ha hecho bandera de la normalidad. No ha enga?ado a nadie. Ha hablado con el lenguaje del aficionado com¨²n, sin caer en la trampa de las excusas, pese a atravesar situaciones delicadas. Desde la sensatez, Del Bosque ha conseguido bajar de las nubes a los jugadores y ponerles de frente a los hechos consumados: el equipo estaba mal clasificado, ten¨ªa la enemiga de la gente y las perspectivas parec¨ªan temibles. La respuesta colectiva ha sido ejemplar. El Madrid ha podido ser un mal equipo, pero ha sido un equipo con cohesi¨®n entre los jugadores, animoso, consciente de sus deficiencias pero decidido a superarlas. Nadie lo hubiera esperado despu¨¦s de varias temporadas de desatinos. Cualquiera que sea la opini¨®n que merezca el juego del Madrid, quien s¨ª merece cr¨¦dito es Del Bosque, capaz de ofrecer lo m¨¢s cercano a un liderazgo tranquilo. Capaz de sacar a un equipo de la ficci¨®n y devolverle a la realidad de las cosas.
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