Cosecha de carne
Era un sacrificio ritual provisto de la sacralidad de las fiestas de cosecha, la cosecha de la carne que se har¨¢ carne. Desde la Pur¨ªsima hasta el final de febrero -En sol matar m¨¦s febrer que el carnisser- un rosario de matanzas inundaba nuestro pa¨ªs, la porquejada. Mandaba la Luna vella, pues, si era cerda, no estava moguda; los cerdos, castrados, daba igual, pero era la fase propicia para embutidos y salado de jamones. Se revive como una anacr¨®nica reconstrucci¨®n arqueol¨®gica, con sus fuertes -hace poco sugerentes- im¨¢genes, que cada vez resultan m¨¢s duras para un puritano mundo cruel.La antigua y amplia familia romana se recompon¨ªa, desde la v¨ªspera con la intensa actividad enloquecedora de los preparativos: el pater familias y las matronas, hijos, clientes y parroquianos reencontraban lugar y papel en los oficios de la inmolaci¨®n, rito, acciones medidas y gestos concretos. El ara, la tauleta de les matances, en la calle; los hombres concelebraban. La salmodia, el miserere a gritos de la v¨ªctima, que en el ¨²ltimo momento dejaba de serlo para transubstanciarse en vi¨¢tico del peregrinaje humano.
Cuando entraba en casa despedazado, el marrano era de las mujeres, sacerdotisas de la segunda parte del rito. Cada carne, en blancos manteles, ocupaba su lugar, de acuerdo con su concreta misi¨®n, a parte los jamones -que no probar¨ªan los mendigos pordioseros que hoy festejaban a su patrono Baldomero, quien, por humilde cerrajero del 650, s¨®lo lleg¨® a subdi¨¢cono-; y a capolar, pastar, tastar, embotir morcillas, poltrota, blanquets, longaniza, sobrasada. Confitado o salado, se recordaba el que se daba para que otros vivieran la vida, cantando sus virtudes amb els amics i parents/ que se'l troben entre dents/ sense tindre pensaments/ de si ¨¦s mascle o femella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.