El empresario como modelo pol¨ªtico JAVIER PRADERA
Desde que Schumpeter aplic¨® instrumentos del an¨¢lisis econ¨®mico al estudio de los sistemas pol¨ªticos abundan las alusiones al mercado electoral como mecanismo a trav¨¦s del cual los partidos agregan demandas y articulan intereses para alcanzar el Gobierno mediante ofertas program¨¢ticas. Esa colonizaci¨®n de las ciencias sociales por la teor¨ªa econ¨®mica culmina con la descripci¨®n de los pol¨ªticos como empresarios que allegan recursos, compiten, calculan costes y beneficios, optimizan rendimientos y sustituyen en la cuenta de resultados el dinero por el poder. Los deslizamientos metaf¨®ricos terminan a veces por confundir el modelo anal¨ªtico con la realidad cotidiana: si el pol¨ªtico no es sino un empresario especializado en conquistar el Gobierno, ?qui¨¦n mejor que un hombre de negocios para desempe?ar ese papel? Las experiencias de Ross Perot en EE UU y de Silvio Berlusconi en Italia muestran c¨®mo la analog¨ªa entre el dinero y el poder ha ejercido influencia pr¨¢ctica; en Espa?a, la comparecencia de Jesus Gil y de Mario Conde ante las urnas el pr¨®ximo 12-M confirma la intuici¨®n expresada por Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte seg¨²n la cual los personajes hist¨®ricos suelen aparecer dos veces en escena, la segunda como farsa. El presumible m¨®vil del procesado alcalde de Marbella y del ya condenado ex banquero es la conquista de la protecci¨®n del fuero procesal y de los privilegios de inviolabilidad e inmunidad inherentes a la condici¨®n de parlamentario; tal fue el camino seguido por Ruiz-Mateos cuando logr¨® un esca?o de diputado en las elecciones europeas de 1989. Ese tipo de candidaturas marginales y pintorescas, al servicio de prop¨®sitos ajenos -cuando no hostiles- a los intereses p¨²blicos, aspiran a conseguir votos no s¨®lo de la ultraderecha y de otros grupos antisistema, sino tambi¨¦n de los guasones, los apol¨ªticos y los pasotas.
Jes¨²s Gil obtuvo varias alcald¨ªas de la Costa del Sol en las convocatorias municipales de 1991, 1995 y 1999 gracias a una h¨¢bil dosificaci¨®n de promesas demag¨®gicas, ret¨®rica populista, especulaci¨®n inmobiliaria y connivencia con tramas mafiosas; parece altamente improbable, sin embargo, que la fortuna tambi¨¦n le acompa?e en las elecciones a las Cortes Generales. Mario Conde, lanzado en su d¨ªa por Pedro J. Ram¨ªrez y el diario El Mundo como el Pr¨ªncipe Azul de la Sociedad Civil, ha sido abandonado por sus antiguos panegiristas y cortesanos en beneficio de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; la reciente reivindicaci¨®n por el ex banquero de la ideolog¨ªa de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera s¨®lo ha podido tomar por sorpresa a quienes no percibieron las evidentes huellas de la Falange en el regeneracionismo abstracto y la aversi¨®n a los partidos del ex banquero y de su hinchada medi¨¢tica.
El prestigio atribuido al empresario como modelo pol¨ªtico tambi¨¦n permite entender mejor la mete¨®rica carrera de ambiciosos personajes lanzados en paraca¨ªdas sobre los partidos desde el mundo de los negocios. Tal es el caso de Josep Piqu¨¦, capaz de rentabilizar ante sus compa?eros del PP tanto su oscuro y fugaz paso por el PSUC en los tiempos del tardofranquismo como su brillante y prolongada ejecutoria empresarial al servicio de Javier de la Rosa. Aunque las virtudes pol¨ªticas cultivadas por Piqu¨¦ durante su intr¨¦pida etapa de militante comunista permanezcan todav¨ªa en la clandestinidad, est¨¢n claras las habilidades que le ense?¨® su antiguo patrono: desde el desparpajo para negar la evidencia cuando las circunstancias lo requieren hasta la listeza para optimizar el ahorro en los pagos del impuesto sobre la renta a costa de los ingresos de Hacienda. Y si el ministro encargado en teor¨ªa de trasladar a los medios de comunicaci¨®n la voz del Gobierno mostr¨® hace pocos d¨ªas su dominio del chalaneo mercantil con los clientes al elogiar como admirable fruto del periodismo de investigaci¨®n la filtraci¨®n por el Ejecutivo del historial cl¨ªnico de Pinochet a la prensa amiga, su airada negativa a contestar a las preguntas de los reporteros de la Cadena SER sobre sus implicaciones personales en el caso Ertoil ( investigado por la Sala de lo Penal del Supremo) parece el acto reflejo de un alto ejecutivo de la cuadra de Javier de la Rosa acostumbrado a dar la callada por respuesta y amenazar con el despido a los contables y auditores que tengan el atrevimiento de pedirle cuentas por los aspectos sospechosos de su gesti¨®n.
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