Disturbios en Melilla al prohibirse a los musulmanes traer corderos de Marruecos
Un centenar de musulmanes, en su mayor¨ªa adolescentes, caus¨® disturbios durante la madrugada, la tarde y la noche de ayer en Melilla en protesta por la prohibici¨®n gubernativa de importar corderos de Marruecos -ese ganado padece una epidemia de glosopeda- para la celebraci¨®n, el d¨ªa 17, de su Fiesta del Sacrificio. Los alborotadores cortaron el tr¨¢fico con barricadas de contenedores incendiados y recibieron a pedradas a los bomberos y los agentes, uno de los cuales result¨® herido en una pierna. Ocho de los agresores estaban identificados, pero a¨²n no se hab¨ªa efectuado detenci¨®n alguna. Seg¨²n el presidente de la ciudad, Mustafa Aberchan, se trata de una campa?a de desprestigio "estrat¨¦gicamente dise?ada".
La Fiesta del Sacrificio, programada para el pr¨®ximo d¨ªa 17, corresponde a la Pascua Grande de los musulmanes y se celebra 60 d¨ªas despu¨¦s del Ramad¨¢n. Seg¨²n sus creencias religiosas, aqu¨¦llos deben sacrificar a Al¨¢ un cordero que re¨²na unas caracter¨ªsticas determinadas, como las de tener cuernos, haber mudado al menos dos dientes y contar como m¨ªnimo con un a?o de edad, para ganarse el Para¨ªso. A tal fin, acostumbran a comprarlos en Marruecos.Sin embargo, la Delegaci¨®n del Gobierno en Melilla, en cumplimiento de la normativa europea, ha prohibido la entrada en la ciudad de esos borregos debido a la epidemia de glosopeda que, seg¨²n el Instituto de Epizootia de Par¨ªs, se ha declarado entre el ganado del pa¨ªs marroqu¨ª.
Esa enfermedad, contagiosa, es propia de los rumiantes y los cerdos, se caracteriza por los procesos febriles y la erupci¨®n de peque?as ves¨ªculas en la boca y entre las pezu?as y est¨¢ causada por un virus que resiste mucho tiempo en los excrementos y el esti¨¦rcol fluido.
As¨ª, seg¨²n declar¨® ayer mismo, en Granada, el ministro de Agricultura, Jes¨²s Posada, permitir la entrada de esos animales en Melilla o Ceuta resultar¨ªa "una cat¨¢strofe" para Espa?a porque supondr¨ªa el aislamiento internacional de su caba?a y la ruina econ¨®mica para muchos ganaderos.
El a?o pasado, record¨® el delegado gubernativo en Melilla, Enrique Beamud, tambi¨¦n surgi¨® ese problema y se solucion¨® comprando los corderos en la Pen¨ªnsula -una comisi¨®n de musulmanes visit¨® distintas granjas para seleccionarlos-. Eso demuestra, en su opini¨®n, que los incidentes de ahora responden a intereses particulares. "Es significativo", subray¨®, "que estos altercados ocurran siempre durante las campa?as electorales".
En cualquier caso, Beamud dej¨® claro que no hay que confundir a un grupo de adolescentes con la mayor¨ªa de la poblaci¨®n musulmana y que "no hay datos objetivos" para responsabilizar de lo ocurrido a ninguna fuerza pol¨ªtica. De todas formas, se ha abierto una investigaci¨®n y ya se ha identificado a ocho de los presuntos alborotadores.
Una acci¨®n "dise?ada"
El presidente de la ciudad, Mustafa Aberchan, de Coalici¨®n por Melilla (CM), coincidi¨® con Beamud en que la "acci¨®n vand¨¢lica" est¨¢ "estrat¨¦gicamente dise?ada y organizada" con el fin de "enturbiar la convivencia" en la misma y "da?ar su imagen" exterior en plena ¨¦poca electoral. En ese sentido, conden¨® de forma "en¨¦rgica" a quienes "incitaron, animaron e indujeron a su comisi¨®n a unos cuantos j¨®venes" y destac¨® que no permitir¨¢ "ning¨²n tipo de manipulaci¨®n que persiga efectos desestabilizadores".
Jos¨¦ Mej¨ªas, consejero y portavoz del Gobierno local, compuesto por CM, el Partido Independiente de Melilla (PIM) y el Grupo Independiente Liberal (GIL), exigi¨®, a su vez, a la Administraci¨®n central que indague en los hechos con el fin de esclarecer las causas que los provocaron, ya que la seguridad es competencia suya. A su entender, todo estaba "organizado a la perfecci¨®n" con "oscuros intereses".
El primero de los altercados se produjo en el barrio de la Reina Regente, habitado de manera preferente por musulmanes, y los polic¨ªas antidisturbios incluso tuvieron que recurrir al lanzamiento de pelotas de goma para poder finalmente dispersar a un centenar de personas, las cuales hab¨ªan levantado e incendiado una barricada hecha con contenedores -los da?os causados en este material se han valorado en unas 700.000 pesetas- y quemado una motocicleta. La Polic¨ªa admiti¨® que se vieron desbordados.
Los bomberos fueron recibidos a pedradas y sufrieron la rotura del parabrisas de uno de sus veh¨ªculos. "Fue brutal. Nos llovieron piedras desde todas las esquinas", comentaron. Uno de los agentes que les cubrieron mientras apagaban el fuego fue alcanzado por una, que le origin¨® una gran brecha en una pierna.
Los incidentes se extendieron despu¨¦s a las barriadas de Cabrerizas, Tiro Nacional, Bater¨ªa J y Monte Mar¨ªa Cristina, cuya poblaci¨®n tambi¨¦n es mayoritariamente musulmana. La prisi¨®n provincial tambi¨¦n fue apedreada por sus protagonistas y una de sus barricadas estuvo ardiendo durante casi una hora.
"Esperamos un rato para ver si se calmaban los alborotadores", explic¨® un polic¨ªa, "pero, al comprobar que cada vez se calentaban m¨¢s los ¨¢nimos y que el p¨¢nico se extend¨ªa entre los vecinos del lugar, pedimos permiso para actuar. Ser¨ªan unos 30 j¨®venes. Nos lanzaron piedras y artefactos incendiarios de fabricaci¨®n casera". Los incidentes terminaron alrededor de las 11.30 de la noche.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.