Bendala destaca en un ensayo las huellas dejadas por iberos y celtas El arque¨®logo analiza el pasado de la Hispania antigua

La cultura urbana, la red b¨¢sica de comunicaciones y algunos rasgos at¨¢vicos de celebraciones religiosas son algunas de las aportaciones que nos han legado los habitantes de la Hispania antigua,sostiene Manuel Bendala Gal¨¢n, catedr¨¢tico de Arqueolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, en Tartesios, iberos y celtas (Temas de Hoy). La publicaci¨®n del libro coincide con una exposici¨®n sobre Tartessos en la Fundaci¨®n El Monte de Sevilla y otra sobre los griegos en Espa?a que se exhibe en el Museo Arqueol¨®gico Nacional.

"Los pueblos antiguos de Hispania no tienen ni historia ni historiadores propios. Los primeros hispanos ten¨ªan una tradici¨®n oral, pero nunca llegaron a tener una tradici¨®n escrita. Las noticias que de ellos tenemos proceden de otros pueblos, especialmente los griegos", apunt¨® ayer el catedr¨¢tico y arque¨®logo en la presentaci¨®n de Tartesios, iberos y celtas. Las tres civilizaciones convivieron con fenicios, cartagineses y griegos y alcanzaron en muchos casos importantes logros. La cultura tart¨¦sica se desarroll¨® entre los comienzos del milenio y el siglo VI antes de Cristo en la parte sur de la Pen¨ªnsula. Bendala, uno de los mayores expertos en los primeros habitantes de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, explic¨® que no ha escrito un libro de historia ni de arqueolog¨ªa sino una reflexi¨®n sobre nuestras primeras culturas en las que ha aunado la tradici¨®n literaria, cargada de mitos y leyendas, con los descubrimientos arqueol¨®gicos m¨¢s recientes. "Una vez que se analiza la cultura antigua se encuentran numerosos elementos de explicaci¨®n propia. Me he propuesto que el lector descubra multitud de facetas cuyo origen sucedi¨® en un mundo que no est¨¢ perdido", aclar¨® Bendala. Como ejemplo cit¨® la formaci¨®n de las ciudades. "Los esquemas que entonces se pusieron en marcha siguen vigentes hoy en d¨ªa". Uno de los primeros signos de los tartesios fueron los escudos que se utilizaban como un signo de identificaci¨®n de linajes y grupos.

"Los celtas fueron cosmopolitas m¨¢s tard¨ªamente. Esta cultura caminaba en la misma direcci¨®n, pero por su distanciamiento del Mediterr¨¢neo ten¨ªan otra forma de vida". La opini¨®n de Bendala es que los romanos no trajeron la cultura a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, sino que prosiguieron el proceso que se hab¨ªa gestado antes, en la ¨¦poca p¨²nica.

La potencia cultural de estos pueblos qued¨® definitivamente probada con el descubrimiento de las tres conocidas damas ib¨¦ricas: la del Cerro de los Santos, la de Elche y la de Baza.

Tartessos, la capital

Para este arque¨®logo, no hay ninguna duda sobre el lugar donde estuvo localizada Tartessos, la capital. "El foco principal de esta civilizaci¨®n estuvo en el bajo Guadalquivir, y abarcaba parte de Sevilla, Huelva y algo de C¨®rdoba, desde donde se extiende a gran parte de la pen¨ªnsula. La capital debi¨® asentarse en el asentamiento de Asta Regia, donde se ha excavado muy poco". Para este experto, que define la arqueolog¨ªa como una ciencia esponja por su capacidad para absorber todo lo relativo a cualquier ciencia, no cabe duda de que Espa?a entera es un yacimiento arqueol¨®gico.