Bush y Gore afrontan como claros favoritos los duelos del 'supermartes' Primarias decisivas en Nueva York, California y otros 14 Estados
Desde Portland (Maine) a San Diego (California), dos de los extremos del escenario del pr¨®ximo supermartes, hay 4.396 kil¨®metros de distancia, la anchura de un continente. Como casi todo en EE UU, el supermartes tiene una dimensi¨®n gigantesca, moviliza una log¨ªstica descomunal y cuesta una enormidad. Esta jornada, en la que celebran primarias Nueva York, California y otros 14 Estados, representa las semifinales de la copa presidencial. En los duelos de pasado ma?ana, parten como favoritos Al Gore entre los dem¨®cratas y George Bush entre los republicanos, frente a sus rivales Bill Bradley y John McCain.
El supermartes est¨¢ pensado para decidir los dos nombres que jugar¨¢n, el pr¨®ximo noviembre, la final de la copa de la Casa Blanca. En el supermartes, que incluye Estados cuya poblaci¨®n global es de 93 millones de personas, un tercio del conjunto de los estadounidenses, los candidatos m¨¢s fuertes de los partidos Dem¨®crata y Republicano deben noquear a sus adversarios. ?sta es, al menos, la tradici¨®n.Gore lo tiene f¨¢cil frente a Bradley, que no se ha mostrado a la altura de lo que promet¨ªa al comienzo de temporada. Tras haber perdido de penalti y en el ¨²ltimo minuto en New Hampshire, Bradley encaj¨® muchos goles frente a Gore en el Estado de Washington, el pasado martes. Llega a la semifinal dem¨®crata como perdedor casi seguro. Lo probable es que ni siquiera gane en Nueva York, donde ¨¦l, ex estrella del equipo de baloncesto local, juega en casa. El juego de Bradley no ha tenido brillantez ni efectividad. Ha intentado presentarse como un progresista honesto frente a un Gore descrito como un tecn¨®crata oportunista, pero el mensaje no ha calado. Bradley es m¨¢s aburrido incluso que Gore, que ha hecho un gran esfuerzo para superar la rigidez y grisura de su juego.
A trancas y barrancas, Bush llega al supermartes como el favorito republicano. Su pulso con el h¨¦roe de guerra McCain es apasionante y est¨¢ llevando a millones de norteamericanos a los estadios pol¨ªticos de las urnas. A lo largo de febrero, Bush y McCain han ido alternando victorias espectaculares. McCain gan¨® en New Hampshire; Bush aplast¨® en Carolina del Sur; McCain volvi¨® a triunfar en Michigan y Arizona, y, el pasado martes, Bush le devolvi¨® la goleada en Virginia y el Estado de Washington.
Para seguir en liza, McCain, revelaci¨®n de la temporada por su carisma y su programa reformista, debe ganar alguna de las dos joyas del supermartes: Nueva York y California. Lo tiene dif¨ªcil, porque sus victorias anteriores han sido conseguidas con escaso apoyo de votantes republicanos y mucho de dem¨®cratas e independientes. Pero los delegados de Nueva York y California para la Convenci¨®n Nacional republicana del verano ser¨¢n elegidos s¨®lo por electores registrados del partido del elefante.
La misi¨®n casi imposible en que est¨¢ empe?ado McCain es llegar a la final en contra de la afici¨®n republicana. Entretanto, ha empujado a Bush a practicar el cerrojo. El gobernador de Tejas puede pagar cara en noviembre la alianza que ha forjado en las ¨²ltimas semanas con el sector m¨¢s conservador del Partido Republicano. La final presidencial la ganar¨¢ quien se haga due?o del centro.
Para jugar el partido de dimensi¨®n continental del supermartes, los candidatos movilizan recursos t¨ªpicamente norteamericanos: viajes en aviones privados, anuncios pagados en las televisiones, oficinas desde las que se hacen millones de llamadas telef¨®nicas a los electores y uso masivo de los tel¨¦fonos m¨®viles y los recursos de correo electr¨®nico y de Internet. Todo eso, claro, cuesta fortunas.
Bush, el m¨¢s manirroto, se gasta ahora cada d¨ªa 400.000 d¨®lares (casi 70 millones de pesetas), la mayor¨ªa en anuncios en televisi¨®n en los muchos Estados en liza. A estas alturas de la temporada, Bush ya se ha fundido 60 de los 71 millones de d¨®lares que ha recibido en donativos electorales de particulares. Su campa?a cuenta con 34 oficinas permanentes a lo largo y ancho de EE UU, en las que trabajan a sueldo 180 personas y como voluntarios miles m¨¢s.
McCain s¨®lo cuenta con 10 oficinas fijas en el pa¨ªs y 80 asalariados. Su medio favorito de desplazamiento es el autob¨²s Expreso del Hablar Claro, dotado, eso s¨ª, de todo tipo de comunicaciones v¨ªa sat¨¦lite y cuyo alquiler cuesta 2.500 d¨®lares diarios. Internet, a trav¨¦s de la cual cosech¨® en febrero siete millones de d¨®lares en peque?os donativos electorales, es su gran instrumento de propaganda.
Cuando tiene que volar, el ex piloto de guerra en Vietnam lo hace en vuelos comerciales o avionetas particulares, mientras que Bush dispone de un Gulfstream Jet alquilado para la duraci¨®n de toda la campa?a. Para uno y otro, al igual que para Gore y Bradley, el supermartes puede suponer saltos diarios desde Los Angeles a Nueva York, con una escala electoral en medio. Es como hacer en el mismo d¨ªa campa?a en Sevilla y Helsinki, con una parada en Viena.
Los medios de Gore, que al fin y al cabo es vicepresidente, dejan p¨¢lidos a los de los otros tres semifinalistas. Gore hace los desplazamientos electorales a bordo de un avi¨®n militar llamado Air Force Two, un C-32A, similar a un Boeing 757, que, seg¨²n el Departamento de Defensa, cuesta 10.000 d¨®lares por hora de vuelo, sin incluir el sueldo de la tripulaci¨®n. Una norma establecida por Ronald Reagan obliga al vicepresidente a abonar por ese uso del avi¨®n militar para fines pol¨ªticos particulares el equivalente al precio de un pasaje en primera en un vuelo comercial.
Adem¨¢s de sus asesores de campa?a, pagados con los donativos electorales, Gore se desplaza siempre con un entourage financiado por los contribuyentes, que incluye un asistente, una secretaria, un m¨¦dico, un fot¨®grafo, un ayudante militar y varias decenas de agentes del Servicio Secreto. Y como los pol¨ªticos en el Gobierno de cualquier pa¨ªs, el vicepresidente puede convertir en actos electorales cualquier acontecimiento oficial que le interese.
?Ganar¨¢ alguna semifinal del supermartes uno de los modestos? Bradley y McCain tienen a su favor el encarnar a dos arquetipos norteamericanos, el deportista y el guerrero, y en su contra el que esta jornada est¨¢ concebida para que triunfen los grandes, los que tienen log¨ªstica y dinero. Bradley y Mcain, no obstante, repiten este fin de semana que los partidos y las guerras no se pierden hasta el ¨²ltimo minuto.
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