Mujeres
JOS? MANUEL ALONSO
Las minas, los muelles, la R¨ªa, el campo, la cocina y las calles eran lugares donde las mujeres trabajaban a finales del siglo XIX en el Gran Bilbao. Los trabajos encomendados resultaban los m¨¢s duros y crueles. Con sus cuerpos y sus manos, en las calles, en las viviendas y en las minas; doblando su espalda en el campo; cargando y descargando en los muelles, y arrastrando las gabarras en la r¨ªa. Y no lo hac¨ªan, evidentemente, por su fortaleza f¨ªsica o por sus habilidades t¨¦cnicas, o porque les sobrara el tiempo dedicado a sus hijos y la vivienda, sino porque cobraban la mitad del salario que los hombres y consegu¨ªan a cambio las dos terceras partes de producci¨®n. Sal¨ªan, por tanto, mucho m¨¢s rentables para los grandes explotadores. Respond¨ªan a la perfecci¨®n con el objetivo principal de la econom¨ªa, que no es dar empleo sino crear el m¨¢ximo de riqueza con el m¨ªnimo de recursos, lo que supon¨ªa a cambio dejar pronto los huesos en el hoyo y la dignidad en el barro.
De todo esto habl¨® el historiador Manuel Montero en la primera intervenci¨®n p¨²blica como rector electo. Lo hizo en Bilbao, en la Biblioteca Bidebarrieta, este pasado Mi¨¦rcoles de Ceniza, coincidiendo con el D¨ªa Internacional de la Mujer y con la celebraci¨®n del centenario de la muerte de una bilba¨ªna extraordinaria, la beata Rafaela de Ybarra.
Poco m¨¢s que decir en ese d¨ªa tan se?alado que sirva de recuerdo objetivo de la mujer trabajadora. Poco que no sea el hecho de que, aunque se ha mejorado en cien a?os, queda a¨²n mucho por mejorar. Hoy no existen aquellos brutales trabajos que encomendaban y forzaban a las mujeres. Hoy, como nos recordaba una publicaci¨®n ese d¨ªa, casi el 85% de las mujeres trabajan en el sector servicios, y esto evidencia un cambio generacional y una segregaci¨®n ocupacional. Hoy, m¨¢s de 85.000 mujeres vascas no tienen empleo aunque s¨ª tengan trabajos (no remunerados, claro) y hoy siguen las administraciones teniendo el reto de poner las bases para la plena realizaci¨®n personal y profesional de las mujeres. Y hoy, como ayer y como siempre, no ser¨¢ posible si las iniciativas (al margen o no de la econom¨ªa) no son protagonizadas por las mismas mujeres.
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