Mea culpa
Es tiempo de arrepentimientos m¨²ltiples. Del voto de ayer, sin ir m¨¢s lejos. Ya es tarde; es el pueblo soberano el que se manifiesta en la fiesta mayor de la democracia. De ayer tambi¨¦n nos viene el remordimiento urbi et orbi. A pesar de los colorines de las casullas que le imponen al romano constructor de puentes, el gesto ten¨ªa valor incluso para los m¨¢s anticlericales. Desde que la Iglesia de Roma estuvo en la oposici¨®n, all¨¢ por el siglo IV, es la primera vez, que hace autocr¨ªtica y que hasta el opusdeista gabinete de prensa -stampa- vaticano te dice que "como son veinte siglos y los pecados tant¨ªsimos, el Papa no puede hacer m¨¢s que una referencia general de las culpas".El romano pont¨ªfice, heredero del emperador, todav¨ªa rey, pidiendo perd¨®n, abrazado al crucifijo de san Marcelo (s. XIV) no deja de ser novedoso y conmovedor. Por primera vez en dos mil a?os han dado sentido a lo que afirman todos los d¨ªas: Confiteor Deo... quia peccavi nimis cogitatione, verbo et opere; mea maxima culpa. La Cuaresma ha cobrado significado, pues ya en el siglo IV, se pobl¨® de penitentes p¨²blicos cumpliendo penitencias: Inmutemur habitu, in cinere et cilicio: jejunemus et ploremus (Jo?l, 2,13). La historia de las religiones est¨¢ llena de atentados contra la dignidad humana, la novedad es la contricci¨®n y la conciencia de que "reconocer las debilidades del pasado es un acto de lealtad y de coraje", para el Papa. Ese "signo de vitalidad y autenticidad" le ha faltado a la Iglesia valenciana; no es ya su implicaci¨®n en la guerra civil y su apoyo a la sangrienta dictadura, es su pecado diario contra los derechos de los pueblos y la dignidad de los valencianos y su cultura, contra la ¨²nica lengua del mundo no utilizada para hablar con Dios; pecan contra el Esp¨ªritu al creer que el cielo no entiende valenciano.
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